La Comunidad cambiará las normas sobre las revisiones de gas butano
El presidente de la asociación que agrupa a las empresas instaladoras de calderas y tuberías de gas en la región (Asefosam), Ángel Olivar, pidió ayer un cambio en el reglamento, porque, según afirmó, sólo prevé la obligatoriedad de revisar posibles fugas de monóxido de carbono en las casas que utilizan gas natural (gas canalizado). Quedan excluidas, por tanto, aquellas familias que tienen en sus hogares gas butano o propano (gas envasado). "Es un disparate. El monóxido de carbono es el mayor peligro de las instalaciones de gas, pero a miles de hogares nunca se les hace una inspección completa", aseguró Olivar.Según datos de Asefosam, en la región hay casi 1,2 millones de abonados a Gas Natural, mientras que las familias que compran bombonas de butano o propano pueden llegar a las 800.000. El porcentaje de estas últimas es relativamente bajo en la capital, donde el 90% de las casas recibe ya el gas por tuberías subterráneas, pero se convierte en mayoritario en gran parte de los municipios, "que empezaron a gasificar hace sólo tres o cuatro años". Las instalaciones de gas canalizado pasan cada cuatro años dos inspecciones simultáneas que incluyen un control sobre el monóxido de carbono. Las de gas envasado sólo son revisadas cada cinco años, y de forma incompleta.
El consejero de Economía, Luis Blázquez, anunció ayer mismo que el Gobierno cambiará el reglamento en la primera semana de enero. "Queremos que las inspecciones sean más frecuentes y que sea obligatorio el uso de calderas estancas [aquellas que no dejan escapar el gas]", afirmó Blázquez, y recordó que lo principal es "el buen uso que se haga de las instalaciones: si se respetan las normas de ventilación, no hay problemas".
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