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INESTABILIDAD EN LOS MERCADOS

La revisión a la baja del crecimiento en EE UU alienta el temor a una brusca caída económica

Enric González

El goteo de malas noticias sobre la economía estadounidense no se interrumpe. El Gobierno corrigió ayer a la baja sus propios datos de crecimiento del tercer trimestre, en una nueva confirmación de que el frenazo es mucho más brusco de lo que todo el mundo esperaba. El crecimiento real entre julio y septiembre fue del 2,2%, y no del 2,4%, como estimó hace un mes el Departamento de Comercio. En el trimestre anterior, de abril a junio, la tasa había sido del 5,6%. La diferencia entre las dos velocidades da una idea de la rapidez con que se ha producido la desaceleración.

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Desempleo en ascenso

Otro dato, aún no cuantificable pero fácilmente visible en las grandes ciudades de Estados Unidos, es el bajo nivel de ventas en la campaña comercial navideña. Comercios que el año pasado estaban aglomerados se encuentran estos días con una baja afluencia de público, inferior incluso a la de temporadas intermedias. Las grandes cadenas detallistas opinan que la actual campaña sera la peor de los últimos 10 años.Muchos trabajadores cobran parte de su salario en acciones, y más de la mitad de la población tiene dinero invertido en el mercado bursátil: la depreciación de ingresos y ahorros y el altísimo nivel del endeudamiento familiar frenan las tentaciones consumistas. Según las estimaciones del Gobierno estadounidense, el gasto doméstico, que creció a un ritmo del 4,5% anual durante el tercer trimestre, no debe moverse ahora a más del 2%.

Wall Street se recupera

Ayer también se conocieron las cifras de desempleo, que fueron malas, como se esperaba. La semana pasada se incorporaron a las listas de las oficinas de empleo 34.000 personas, una cantidad que no se registraba desde julio de 1998. El paro afecta al 4,1% de la población activa y las proyecciones gubernamentales lo sitúan en torno al 5% el año próximo. La caída de la inversion empresarial, que en la primavera pasada subía a un ritmo del 14,6%, en verano bajó al 7,7% y ahora se calcula en bastante menos, podría hacer que la tasa de desempleo estadounidense de 2001 se elevara por encima de las previsiones.Los inventarios de productos y artículos no vendidos aumentaron a una tasa anual de 72.500 millones de dólares (13,2 billones de pesetas) durante el tercer trimestre del año, comparado con un ritmo de crecimiento de 78.600 millones de dólares en el segundo trimestre.

El panorama global, que aparecía totalmente despejado hace sólo unos meses, ha cambiado en pocas semanas. La transformación ha sorprendido a todos los especialistas. Algunos consideran, sobre todo después de la revisión estadística de ayer, que el crecimiento de Estados Unidos puede estar ahora mismo muy cerca de cero. La mayoría sigue creyendo, sin embargo, que no habrá recesión, sino un simple bache durante el cual se reajustarán los precios en la Bolsa y que concluirá, en la segunda mitad del año próximo, con un crecimiento saludable cercano al 3%.

"Lo que vemos es consecuencia del frenazo muy brusco. En porcentaje", comentó Martin Schulz, gerente de Armada International Fund, "la desaceleración equivale a pasar de un 3% a la recesión, en solo un trimestre.El impacto psicológico es tremendo", añadió.

El peligro radica en la dimensión mundial de cualquier problema. Los analistas creen que Estados Unidos retomará una velocidad de crucero satisfactoria dentro de unos meses, porque cuentan con la buena salud de los mercados europeos y algunos latinoamericanos y creen que la demanda se mantendrá alta en esas regiones.

Pero la economía estadounidense representa el 30% de la mundial, y sus dificultades pueden afectar al resto del planeta de forma casi inmediata. Si eso se produce y las exportaciones caen, la situación será mucho más grave de lo previsto.

Las bolsas neoyorquinas, sometidas a una severa cura de realismo (el Nasdaq ha caído un 53% desde marzo y una compañía tan importante como Microsoft ha perdido el 65% en lo que va de año), recuperaron ayer, tras el desplome del miércoles, una cierta normalidad, pese a que prosiguieron las malas noticias: Lucent Technologies, una de las estrellas del boom tecnológico, anunció que sufriría pérdidas en el cuarto trimestre y que pondría en marcha un plan para reducir sus costes en 1.000 millones de dólares (182.000 millones de pesetas) anuales.

El abaratamiento de las acciones en anteriores sesiones fomentó las compras, volvió el dinero que había huido la víspera y el Dow Jones, el índice que agrupa a los valores más importantes y consolidados, subió un 1,63%. El Nasdaq mantuvo un perfil volátil. Comenzó el día con un tímido repunte, a media sesión entró en pérdidas, y finalmente cerró la jornada con un ligero avance del 0,32%.En Wall Street se rumoreaba que la Reserva Federal (banco central de EE UU) estaba comprando bonos, uno de los instrumentos que utiliza cuando quiere inyectar liquidez en los mercados. El presidente de la Reserva, Alan Greenspan, nunca ha querido confirmar o desmentir operaciones puntuales de ese tipo.

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