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Aniversario

En diciembre de 1989, hace once años, el Ejército norteamericano, después de ocupar Panamá, originó la muerte de varios miles de panameños, con el bombardeo del barrio de El Chorrillo, y del fotógrafo español Juantxu Rodríguez, víctima del fuego cruzado entre soldados norteamericanos que se desarrolló, por error y estupidez, frente al hotel Marriott. El fin de semana siguiente a la invasión, en Ciudad de Panamá, con las morgues cargadas de cadáveres y el cuerpo de mi compañero de trabajo aguardando en un pequeño depósito privado, el presidente de Estados Unidos, George Bush, se fue a pescar. Estaba contento.Comprenderán que no me alegre especialmente el regreso de tan siniestro apellido (revalidado en los Gobiernos de Tejas y Florida) a la Casa Blanca. Ni siquiera la tan celebrada presencia de una mujer (Le Acompaño en el Sentimiento Arroz sería la traducción de su apellido: Condoleeza Rice), de un hispano y de otros representantes de minorías me parece digna de festejo, porque creo que los Bush tienen mucho que ver con el peor lado de la América imperial que pisa cuanto ignora, dicho sea sin renunciar a apreciar también la zona oscura de los presidentes demócratas, que pisan cuanto conocen.

Los panameños que perdieron a los suyos y la familia de Juantxu han reconstruido como han podido sus vidas e intentado entender por qué les alcanzó la tragedia en aquellos días fatídicos, cuando ahora el objeto de la invasión, el general Noriega (recuerden: tuvo que entregarse, fueron incapaces de capturarle a pesar de que había permanecido escondido donde su vieja niñera, a escasos mil metros de donde mataron al fotógrafo), se encuentra a salvo en una prisión de Miami, tratado a cuerpo de rey.

Pero quizá lo que más nos cuesta comprender es que la dinastía Bush se perpetúe, con sus inevitables acompañamientos de prepotencia tejana, condescendencia republicana y mala sombra generalizada. Por suerte, el hijo W. de George Bush no ha sido votado masivamente por los hispanos. Porque hasta ahí podíamos llegar. O no. Quién sabe.

La pasada década empezó con un Bush al mando del mundo. Ésta, también. Por otra parte, lo de la clonación mejora. Pese a todo, les deseo una Navidad estupenda.

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