El Banco de Francia reclama prudencia al sector financiero al invertir en telefonía

El Banco de Francia hace un llamamiento a la prudencia a las entidades financieras del país sobre las inversiones en telecomunicaciones, un sector que se dispone a seguir "con especial atención", según el boletín mensual de la institución publicado ayer. La advertencia coincide con otra reciente del Banco de Inglaterra y se fija sobre todo en los problemas de financiación de la tercera generación de telefonía móvil (UMTS). Sólo la adquisición de licencias en Europa va a consumir unos 25,29 billones de pesetas.

La central de riesgos del Banco de Francia estima que los compromisos de los bancos de su país para financiar inversiones en telecomunicaciones son aún "relativamente débiles", en relación con sus principales competidores internacionales; pero observa "el fuerte crecimiento de los compromisos adquiridos en este año" y exhorta a los prestamistas a "mantener una política moderada de compromisos". A finales de la semana pasada, el Banco de Inglaterra dijo que considera demasiado arriesgado el endeudamiento del sector telefónico. "Las necesidades de financiación son pesadas, sobre todo para las inversiones en infraestructuras; y en Europa, para las licencias de tercera generación", según su último estudio de coyuntura mundial.

[Según el Banco de Francia, la deuda de las compañías de telecomunicaciones de todo el mundo, financiada por todas las grandes entidades del planeta, se ha elevado hasta 320.000 millones de dólares (unos 59,20 billones de pesetas) en los diez primeros meses del presente año, lo que supone un incremento del 35% respecto al mismo periodo del año anterior].

Además del enorme coste de las licencias, existen operadores interesados en partir de cero para construir una red de tercera generación de móvil (UMTS). Algunos expertos advierten de que hay pocas oportunidades de que superen a los grupos ya existentes. Los problemas de despliegue del UMTS coinciden con la apertura del mercado de llamadas locales a la competencia, lo que mermará la capacidad de generar recursos de las grandes operadoras.