Primera derrota liguera en dos años del Manchester en Old Trafford

Un gol de Danny Murphy de libre directo en el minuto 43 señaló en la Liga inglesa el día de las rachas truncadas. Se rompió, mala noticia para ellos, la del Manchester United, el club británico más poderoso, que sufrió en su fortaleza de Old Traf-ford su primera derrota en dos años de campeonato.Treinta y seis partidos ligueros llevaba invicto en su estadio el equipo de Alex Ferguson -la última derrota, 2-3, ante el Middlesbrough el 19 de diciembre de 1998- hasta ayer, en que pasó por allí el Liverpool del francés Gérard Houllier, quien pudo celebrar su 100º partido en el banquillo del equipo de Anfield Road descorchando champaña en el vestuario de su gran rival y celebrando, de paso, una fecha histórica: cinco años exactos desde el último triunfo del Liverpool sobre el Manchester.

La derrota del Manchester llegó precisamente al día siguiente de que su capitán, el irlandés Keane, se quejara públicamente del escaso apoyo de una afición demasiado acostumbrada al encadenamiento de victorias de su equipo. "La gente llena Old Trafford", dijo, "pero, más que para alentarnos a los jugadores, parece que va allí a comer bocadillos. No hacen mucho ruido durante los partidos".

Pese al traspié, el segundo de la temporada, el equipo de Ferguson mantiene su liderato en la Liga, con seis puntos de ventaja sobre el Arsenal, aunque el conjunto londinense cuenta con un partido menos disputado, ya que hoy precisamente jugará el derby local contra el Tottenham Hotspurs, un equipo puesto en venta por su popular propietario, Alan Sugar, quien escucha ofertas a partir de los 100 millones de libras (casi 30.000 millones de pesetas) por el 40% de las acciones.

"Rifamos el balón"

Ferguson culpó de la derrota a unos jugadores que no actuaron "al nivel de calidad que acostumbran". "Rifamos demasiado el balón", dijo el técnico del United. El equipo jugó sin tres titulares -Yorke, Cole y Sheringham- y acabó con 10 en el campo por la expulsión de Chadwick (m. 89). El gol decisivo llegó gracias a una falta marcada a favor del Liverpool por una mano innecesaria de Neville muy cerca de su área.