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La obra interminable va para largo

El tramo de autovía que falta entre Cervera e Igualada tardará tres años

Es la obra interminable. Las retenciones de tráfico entre Cervera e Igualada, el único tramo entre Lleida y Barcelona que aún no es autovía, se repiten desde hace siete años. Justo el tiempo de demora que llevan las obras. En la última década han fallecido más de cien personas en accidentes provocados por la peligrosidad de una vía que, según el Ministerio de Fomento, tardará tres años en estar acabada. El último gran colapso se produjo durante el último puente de la Constitución, cuando los automovilistas volvieron a sufrir en sus carnes las largas colas de vehículos.Los automovilistas y los alcaldes de la zona han exigido una y otra vez que se cumplan los plazos y recientemente un grupo de vecinos de varias poblaciones ha creado una plataforma cívica para reivindicar la finalización del polémico tramo. La respuesta del Ministerio de Fomento ha sido siempre la misma: prometer que las obras se adjudicarán en breve, pero sin concretar nunca la fecha de su inicio.

Son tantos los despropósitos que confluyen en este proyecto que, por mucho que se agilicen los trámites técnicos y administrativos, no se conseguirá ejecutar los últimos 30 kilómetros pendientes antes de tres años. El próximo miércoles, el ministro de Fomento, Francisco Álvarez Cascos, anunciará personalmente al alcalde de Cervera, Salvador Bordes (CiU); al diputado José Ignacio Llorens (PP), y al senador Francesc Xavier Marimón (CiU) que la autovía estará completamente acabada a finales de 2003.

A los automovilistas les quedan tres años de engorrosas molestias. Actualmente las máquinas están trabajando entre Igualada y Santa María del Camí, un tramo de 9,3 kilómetros que, según la más optimista de las previsiones, podría entrar en servicio a mediados del próximo año. Una vez resueltos los problemas técnicos surgidos en el proyecto constructivo, Fomento quiere adjudicar los 21 kilómetros restantes hasta Cervera durante el primer trimestre de 2001, de manera que la autovía pueda estar lista 30 meses después del inicio de las obras.

La N-II es la única alternativa gratuita que tienen los automovilistas para viajar entre Barcelona y Lleida, y viceversa. El trayecto de ida y vuelta por autopista cuesta 3.100 pesetas de peaje. Esta tarifa es mayor en el caso de los vehículos pesados, por lo que muchas empresas obligan a los conductores de camiones y autocares a utilizar la carretera que discurre por el puerto de La Panadella. Esta vía, que tiene muchas curvas en su trazado y un solo carril de circulación en cada sentido, resulta muy peligrosa, especialmente en las maniobras de adelantamiento o cuando la calzada se encuentra mojada o helada.

Circular por la antigua N-II es para los conductores como un infierno, no sólo por las colas kilométricas que se forman entre Cervera e Igualada a cualquier hora del día, sino por el permanente goteo de accidentes mortales que hay en dicho tramo, convertido tristemente en uno de los puntos más conflictivos de la red viaria catalana. Los últimos datos indican que cada día circulan por esta carretera más de 25.000 vehículos, con un índice muy elevado de camiones de gran tonelaje. Desde 1995 han fallecido 70 personas por accidente en el polémico tramo.

La historia del desdoblamiento de esta carretera está llena de episodios rocambolescos que han provocado continuos e injustificables retrasos de las obras. Sin embargo, el atasco más importante se originó en 1994, cuando una plataforma formada por empresarios, ecologistas y tres ayuntamientos de la zona presentaron un recurso judicial contra la decisión del anterior Gobierno socialista de construir la autovía entre Cervera y Santa María del Camí por el norte de la actual N-II. Esta opción, más corta y económica según los técnicos, proponía la construcción de una carretera totalmente nueva cuyo trazado perjudicaba los intereses económicos del área de servicios de La Panadella y suponía un grave impacto ecológico, ya que discurría por el valle del Sió y el barranco de la Coma, dos parajes de gran valor natural.

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