Peluches, regalos y un carné del Barça para Pablo Nicolás
Decenas de ramos de flores y obsequios para el hijo de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarín
Decenas de flores, canastillas y regalos no cesaron de llegar ayer a la clínica Teknon, de Barcelona, donde la infanta Cristina dio a luz el pasado miércoles a su segundo hijo, Pablo Nicolás. Madre e hijo pasaron la noche "bien" y, según declaraciones del padre, Iñaki Urdangarín, el pequeño "parece un niño tranquilo". A lo largo del día de ayer se sucedieron los mensajes de felicitación y las visitas. A primera hora de la mañana acudieron al centro los abuelos paternos de Pablo, Juan María Urdangarín y Claire Liebaert. Por la tarde, la Infanta y su marido recibieron a Jaime de Marichalar e Irene de Grecia. La reina Sofía y el marido de la infanta Cristina pasaron la noche en la clínica. La infanta Elena permaneció en el centro hasta las tres de la madrugada.A primera hora de la mañana de ayer, el duque de Palma abandonó la clínica para ir a buscar a su primogénito, Juan Valentín, para que conociera a su hermano. Contento y con una amplia sonrisa, el marido de la Infanta dijo que la noche había ido bien, "con las típicas molestias de un posparto".La infanta Cristina fue reconocida por el equipo médico que le asiste a primera hora de la mañana. El ginecólogo Manuel García Valdecasas comentó en la noche del miércoles que la hospitalización de doña Cristina sería la habitual en los partos normales, de tres a cuatro días. Respecto a las primeras horas de vida de Pablo Nicolás, Urdangarín comentó que parecía "tranquilo". El bebé pesó al nacer 3,800 kilogramos y midió 54,5 centímetros. Fue un parto rápido, en el que participó activamente el duque de Palma, según contó él mismo al comparecer ante los medios de comunicación en la madrugada de ayer.
Flores y regalos
A partir de las diez de la mañana se sucedió un ir y venir de personas que portaban ramos de flores y distintos regalos -sobre todo canastillas, como la enviada por el alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano, y muñecos- para el pequeño Pablo Nicolás.La expectación de los medios de comunicación no decayó y un buen número de periodistas -especialmente fotógrafos y cámaras de televisión- permanecían ante la puerta principal de la clínica. El nacimiento del segundo hijo de los duques de Palma provocó ya hace semanas la movilización de unidades y enlaces de radio y televisión que se instalaron en una de las zonas de aparcamiento de la clínica. El alumbramiento del cuarto nieto de los Reyes ha llegado a congregar a más de una cincuentena de informadores en las puertas de la Teknon.
Durante la mañana de ayer y primeras horas de la tarde, pese al mal tiempo, numerosas personas permanecieron junto a la puerta principal de la Teknon, atentas a las idas y venidas de los visitantes y a la espera, sobre todo, de la llegada del rey Juan Carlos, para conocer a su cuarto nieto, y del príncipe Felipe.
A última hora de ayer se supo que la visita de ambos no se produciría hasta hoy, una vez que el Príncipe regrese de su viaje a Estados Unidos.
Entre los regalos que recibió Pablo Nicolás se encuentra un peluche reproducción del gorila albino Copito de Nieve y un sonajero de plata, obsequio del Ayuntamiento de Barcelona. El peluche es un símbolo del Zoo y de la ciudad y, además, lleva "el cariño de todos los niños de Barcelona", explicaron fuentes municipales. El sonajero es una reproducción exacta de una pieza de la colección Mas Riera de principios del siglo XX. El Ayuntamiento también hizo llegar un ramo de flores y la felicitación del alcalde, Joan Clos, que probablemente acudirá hoy a la clínica.
Un regalo especial fue el del Fútbol Club Barcelona, que ayer anunció que había concedido el carné de socio número 103.294 al segundo hijo de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarín. El club azulgrana prevé entregar el carné mañana. El primer hijo de los duques de Palma, Juan Valentín, también recibió al nacer el carné del club. El padre, Iñaki Urdangarín, se formó en la cantera del FC Barcelona como jugador de balonmano y se retiró este mismo año tras los Juegos Olímpicos de Sydney.
El presidente del Gobierno, José María Aznar, que se encuentra en la cumbre de la Unión Europea en Niza, felicitó en nombre del Ejecutivo a la infanta Cristina y a Urdangarín. Lo mismo hizo el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, que se encuentra de viaje en Alemania.
Los abuelos paternos de Pablo Nicolás acudieron a conocer a su nuevo nieto a mediodía de ayer. Un rato después, Iñaki Urdangarín regresaba a la clínica acompañado de su hijo mayor, Juan Valentín -que nació en el mismo centro hospitalario hace algo más de 14 meses-, que entró caminando de la mano de su padre.
A primera hora de la tarde llegó el marido de la infanta Elena, Jaime de Marichalar, acompañado de Irene de Grecia, hermana de la reina doña Sofía.
La Casa del Rey no ha anunciado todavía quiénes serán los padrinos del Pablo Nicolás ni cuándo será el bautizo. Lo que sí se ha concretado es que el cuarto nieto de los Reyes será inscrito en los próximos días en el registro civil dedicado a la familia real.
¿A quién se parece el bebé?
Cada vez que ayer salía de la clínica algún miembro de la Familia Real, tras visitar a los duques de Palma y a su segundo hijo, Pablo Nicolás, se repetía la pregunta del millón: ¿A quién se parece?La misma cuestión ya se le planteó al padre, Iñaki Urdangarín, al poco rato que naciera su segundo hijo, cuando compareció ante la prensa: "Al primer vistazo se parecía a su hermano mayor, aunque con personalidad propia y más chillón".
"Algo de Iñaki sí tiene", dijo la infanta Elena al ser preguntada al respecto. Poco después, doña Elena comentó que el recien nacido "se parece a Juanito", en referencia al hermano mayor.
El más original en su respuesta fue, sin duda, Jaime de Marichalar, marido de la infanta Elena. A preguntas de los periodistas sobre si Pablo Nicolás se parecía a Juan Valentín, Jaime de Marichalar dijo que no: "Sólo se parece a sí mismo".
Otra anécdota se produjo a la llegada a la clínica de los abuelos paternos de Pablo Nicolás, Juan Maria Urdangarín y Claire Liebaert, sobre la 11 de la mañana.
Los informadores les preguntaron cómo habían encontrado al pequeño y a sus padres a lo que los abuelos contestaron, divertidos, que todavía no habían entrado. Que ya lo dirían despúes, cuando salieran.
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