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El FMI salva a Turquía de una grave crisis financiera con una ayuda de 1,87 billones

El Fondo Monetario Internacional (FMI) lanzó ayer una línea de auxilio a Turquía para que solucione la grave crisis financiera que atraviesa. Este país recibirá 10.000 millones de dólares (1,87 billones de pesetas), para paliar su falta de liquidez. El FMI atiende la llamada de socorro de Ankara, pero a cambio exige la liberalización económica. El primer ministro turco, Bulent Ecevit, se ha comprometido a acelerar la reforma de la banca y las privatizaciones. El FMI celebró haber actuado con decisión y rapidez en momentos en que su gestión está siendo muy criticada.

Capacidad de reacción

Los 10.000 millones de dólares del FMI estarán condicionados a que Turquía acometa diferentes reformas, especialmente en el sector bancario, principal foco de los males económicos turcos. Es probable que a esta inyección económica se sume otra de 5.000 millones de dólares (935.000 millones de pesetas)del Banco Mundial, según anunció su economista jefe, Nicholas Stern. La decisión de los dos guardianes de la prosperidad económica mundial tuvo un efecto inmediato y las tasas de interés a un día bajaron del 1.700% en el que estaban al 200%. La Bolsa de Estambul reaccionó ayer con un alza del 18,6% al crédito del Fondo.A cambio, el primer ministro turco se ha comprometido a acelerar la privatización de las empresas públicas Turk Telekom (telecomunicaciones), Turkish Airlines (aviación) y del sector eléctrico. También a la inflación tendrá que aplicarle un rasero estricto. Bulent Ecevit piensa dejarla en un 12% del producto interior bruto (PIB) a finales de 2001. Actualmente alcanza el 44%.

Los bancos del país serán objeto de una importante reforma que Ecevit detallará al FMI en una carta de intenciones. Desde 1999, el Estado turco ha tenido que asumir la tutela de 10 bancos, algunos de ellos con graves acusaciones de corrupción. Ayer, un undécimo -el Demirbank- se sumó a esta lista. "La reforma de los bancos es primordial, en particular, la necesidad de demostrar transparencia absoluta en cuestiones presupuestarias", señaló ayer Robert Price, responsable del departamento turco de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). No obstante, Price advirtió de que la reforma "va a costar cara".

El presidente del FMI, el alemán Horst Köhler, celebró ayer las medidas anunciadas por Turquía, especialmente las relacionadas con el sector bancario. Unas reformas que espera que contribuyan a "restaurar la confianza y reforzar el potencial de crecimiento del país". El FMI y, con gran seguridad, el Banco Mundial, han decidido actuar en un momento en que su labor está fuertemente cuestionada. Aún están cercanas en el tiempo las últimas protestas ante las asambleas de estos dos organismos en Praga, en septiembre pasado. Miles de manifestantes acusaron a ambas entidades de las desigualdades en el mundo, y de imponer sus políticas económicas a terceros países. Antes de Praga, protestas similares arruinaron la anterior asamblea de primavera de ambos organismos multilaterales en Washington. Con la ayuda a Turquía antes de que su situación económica sea irreversible, el FMI previene también posibles críticas sobre falta de capacidad de reacción. Acusaciones de este tipo se lanzaron en 1998, con la crisis asiática, que los organismos internacionales no fueron capaces de atajar a tiempo.

Turquía recibirá la primera parte del crédito, 2.800 millones de dólares, a partir del 21 de diciembre, cuando se reúna el consejo de administración del FMI.

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