La doble vida del Rayo
El equipo de Vallecas, que asombra en España y en Europa, se encuentra con la indiferencia de la afición y de las televisiones
Tener el tercer presupuesto más bajo de Primera -2.000 millones de pesetas- no le impide ser, a día de hoy, el cuarto mejor equipo de la categoría. Contar sólo con 6.001 abonados, la cifra más baja del campeonato, y llevar a su estadio una media de 9.000 espectadores, menos que nadie, no es óbice para marcar más goles que el Madrid o el Barça. Haber perdido más de 50 millones en su periplo europeo -tres de ingresos por 53 de gastos- no evita que sobreviva con buen gesto en la UEFA. La constatación más clara de que el Rayo tiene dos caras tendrá lugar hoy, cuando el equipo dispute ante el Lokomotiv (Vallecas, 20.45), un partido tan histórico como fantasmal. Un partido único en su vida, que sin embargo contará con la habitual indiferencia de la afición -las taquillas estaban ayer vacías- y con "el desprecio" según fuentes del club, "de las televisiones, sobre todo de Telemadrid, que ha sido incapaz de pagar 20 millones por ofrecer un encuentro histórico de un equipo de Madrid".Son la cara y la cruz del Rayo, que asombra en el césped y sangra en la tesorería. Para viajar por Europa se eligió una agencia cuya única credencial es que su dueño responde al nombre de José María Ruiz Mateos. El equipo acudió a Dinamarca, en la ronda anterior, un día después de lo solicitado por Juande Ramos. "Hay que ahorrar", le dijeron. Y tanto se ahorró que varios jugadores se encontraron, al llegar a la habitación del hotel, con que tenían que dormir en un sofá-cama, asunto sin duda doloroso para tipos como Ballesteros (1,90 de estatura).
Luego se produjo el viaje a Moscú. Las previsiones hablaban de un frío atroz y el cuerpo técnico solicitó que se compraran mallas. Se pidieron 40, la mitad para entrenar y la mitad para el partido. Recibieron 20. "El jefe [Ruiz Mateos] dice que hay que ahorrar", fue la explicación recibida por Juande Ramos y su gente. Y ante sus quejas, se dejó caer una solución: "Que cada jugador lave su malla".
"Sé en qué club trabajo y nadie me ha puesto una pistola para estar aquí", dice Juande Ramos, que aguanta con estoicismo éstas y otras situaciones no menso rocambolescas. Por ejemplo: de los 12 fichajes realizados este año sólo cuatro fueron pedidos por él. "Yo sé que la política es comprar patatas y vender caviar. La clave está en cocinar bien. Ahora, si yo pido, por ejemplo a Zamorano y me traen a Pepito Pérez pues no lo quiero. Pero que conste que estoy encantado con lo que tengo".
Es el Rayo un equipo que compra, en palabras de sus técnicos, en un " todo a 100". El pasado verano negoció con Dely Valdés, al que el Oviedo ofrecía 130 millones por renovar. El Rayo dejó su oferta en 100. Luego llegó el Málaga, le dio 160 y a Málaga se fue. Juande Ramos considera que el club vive un "paréntesis" en su tormentosa existencia, y agrega: "Lo que hace falta es que ese paréntesis se cierre lo más tarde posible". Para justificar el momento actual, el técnico apela al trabajo y a la seriedad, "porque sin concentración no ganamos a nadie". Otros, como Lopetegui, amplían el radio de culpables: "Aquí hay muy buenos jugadores y el trabajo del cuerpo técnico, con especial mención para el preparador físico, es extraordinario. Lo demás lo pone el sentimiento. Yo he viajado por Europa con el Madrid, el Barça y la selección y jamás vi tanta ilusión como aquí".
Pero el éxito comienza a encontrar paternidades cuanto menos peculiares. Porque hay quien mira de reojo a los espíritus para encontrar una explicación. Una vidente, de nombre María Jacaranda, ya ha convencido a más de uno de su esotérica influencia. "¡No te jode!" dice Juande Ramos. "Si al final resulta que esto del trabajo no sirve para nada. Lo mismo el fichaje que nos falta es una bruja".
Alineaciones probables
Rayo: Keller; Alcázar, Ballesteros, De Quintana, Mingo;Helder, Poschner, Quevedo, Michel; Bolo y Bolic.
Lokomotiv: Nigmatulin; Nizhegorodov, Drozdov, Yevséyev, Evseev; Tchougainov, Boulykin, Sarkisian, Kharlatchev; Tcherevtchenko y Loskov.
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