Voluntariado y compromiso
Entre los días 22 y 25 del pasado mes de noviembre tuvo lugar en Valencia el IV Congreso Estatal del Voluntariado, junto con las I Jornadas Mediterráneas del Voluntariado. En nuestra Comunidad más de 400.000 voluntarios trabajan por las personas con dificultades, por la difusión cultural o por el medio ambiente, es decir, dedican una parte de su esfuerzo a la solidaridad. A ello cabe añadir que el próximo año, el 2001 -principio de tantas y tantas empresas y deseos- ha sido declarado por la ONU como Año Internacional de los Voluntarios. Son tres particularidades que nos conducen a una reflexión: en un momento en que la mundialización ha conseguido adeptos más allá de los círculos puramente economicistas, una nueva legión de conciencias -no confundir con desheredados, ¡por favor!- toma partido por la extensión de los beneficios de la mundialización a través de la solidaridad.Los cambios acaecidos en los últimos años están siendo tanto o más profundos de lo imaginado hace tan sólo un lustro. Si algunas organizaciones o instituciones como el Fondo Monetario Internacional o la OCDE parecían totalmente asentados y con un poder omnímodo, sin apenas contestación, el proceso galopante de mundialización -primero de la economía y a renglón seguido de la información-, ha supuesto también una generalización de los movimientos sociales. No se trata de movimientos internacionales que intentan redimir el mundo o de teorías más o menos dirigistas como las surgidas durante los siglos XIX y XX, sino que asistimos al desarrollo de un movimiento con prismas diferentes, con territorios distintos y con intereses diversificados, pero con el mismo común denominador: la solidaridad entre las sociedades y las personas.
Sin embargo el proceso de mundialización podría tender no hacia la uniformidad, otrora denominado pensamiento único, sino que bien puede empezar a crear grandes áreas de influencia, una de las cuales, que podríamos considerar subárea, es el arco mediterráneo y su influjo sobre la otra orilla.
El voluntariado ha recibido un voto de confianza y un respaldo social e institucional generalizado, desde el secretario general de la ONU hasta los ayuntamientos. Todos coincidimos en la conveniencia de apoyar tal proyecto. Sin embargo, las rápidas y profundas transformaciones sociales no deberían servir para hurtar el debate sobre el papel de tales organizaciones. ¿Cuál es su papel en el momento actual? ¿De qué campo se ocupan en la tríada iniciativa privada, iniciativa pública y tercer sector? (algunos incluso hablan de un cuarto sector, las organizaciones de voluntarios como complementarias de las organizaciones no lucrativas).
El debate nace de la esencia misma del voluntariado, ¿puede la voluntariedad asumir un papel continuado en la realización de un servicio? Considero que la respuesta a esta aparente paradoja es la que se ha buscado en el último congreso del voluntariado y que puede resumirse en que la importancia del voluntariado en las sociedades modernas y avanzadas reside en la necesidad de éstas de contar con un tejido social sólido, activo y con capacidad de actuación en el diseño y ejecución de las políticas sociales, porque con ello se acumula el capital social necesario para hacer frente al futuro.
El capital social es, por tanto, la aportación de fuerzas diferentes y complementarias nacidas de la solidaridad y que revierten en la propia sociedad.
En este sentido, la creación del Observatorio del Voluntariado en el Arco Mediterráneo es una apuesta por la cohesión, por el intercambio de propuestas que reduzca las diferencias. Se pretende, además, abrir un foro en el que se plasmen las ideas de desarrollo social y económico equilibrado, sin exclusiones. La sostenibilidad en el crecimiento social es probablemente la mejor aportación que podemos hacer al proceso de mundialización. Sostenibilidad, social, cultural y humana.
En todo este proceso tiene mucho que decir el voluntariado, pues éste representa la bondad intrínseca de la actividad social. Está, por así decirlo, libre de sospecha. Y por ello, las instituciones y, en concreto, la Generalitat Valenciana, en una fecha como la de hoy en que se celebra el Día Internacional del Voluntariado se compromete con las personas, en su faceta más humana -cual es la de la solidaridad-, en ampliar sus redes de cohesión para ir acrecentando el capital social necesario con la vista puesta en una sociedad inteligente que de lo contrario puede avasallarnos.
Rafael Blasco es consejero de Bienestar Social.
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