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Saizarbitoria plasma sus obsesiones en cinco relatos alrededor de la exhumación

Maribel Marín Yarza

Ramón Saizarbitoria (San Sebastián, 1944) cierra una etapa con Gorde Nazazu lurpean (Erein), un libro de cinco relatos largos con la exhumación como anécdota recurrente. El escritor la utiliza como excusa para plasmar sus temas de siempre, sus preocupaciones más íntimas: el amor y el desamor, la incomunicación y la situación del País Vasco. De hecho, ayer aprovechó para criticar la "postura tan necia que existe en torno a los escritores amenazados".

Saizarbitoria presentó en San Sebastián este libro que comenzó a gestarse hace dos décadas, en el mismo momento en que terminó de escribir a mano Gudari Zaharraren gerra galdua, un relato sobre un viejo mutilado de guerra en trámites para recibir su indemnización. El escritor dejó la historia guardada en un cajón y no la desempolvó hasta que leyó la sinopsis de una película que le recordó a su viejo escrito. Para entonces corregía las últimas líneas de Biotz-bi, una novela con la guerra civil como telón de fondo y tenía esbozado un nuevo texto, también con la exhumación de un cadáver como anécdota. Entonces recordó que los restos mortales del fundador del PNV, Sabino Arana y del actor Yves Montand habían pasado por el mismo trance y decidió completar una serie. "Gorde nazazu lurpean fue una aventura nueva para mí, era un trabajo de encargo: el que me hice a mí mismo", dijo ayer el escritor. La anécdota de la exhumación no fue más que una excusa para volver a sus obsesiones más recurrentes. Quienes conocen su trayectoria saben que sus guías temáticas son el amor, la incomunicación entre las parejas, la guerra y el País Vasco.

Precisamente, Saizarbitoria reflexionó en voz alta sobre este último aspecto. "Dijo Joxerra García", señaló, "que hay dos tipos de escritores, los que hacen traducción craneal y los que piensan en euskera. Yo creo que existe otra categoría: la de los que no piensan ni en euskera ni en castellano, y así se entiende la situación de miseria en la que vivimos. Hay que decirlo: escritores amenazados, librerías quemadas..., y qué silencio y qué postura tan necia existe alrededor de los escritores y de ese mundo de la cultura". Saizarbitoria no ocultó su desencanto: "Muchas veces, el ser vasco constituye algo poco natural y bastante difícil", sentenció.

El lenguaje del escritor se ha tornado con el tiempo más irónico, en ocasiones cínico. Basta comparar Gudari Zaharraren guerra galdua -publicado también de forma autónoma por Erein- con Asaba zaharraren baratza, que cuenta las sucesivas exhumaciones clandestinas que sufrieron los restos mortales del fundador del PNV, Sabino Arana, ante el temor de que los franquistas profanaran su tumba. Saizarbitoria, sociólogo y director del centro de documentación e Investigación SIIS, da por concluida con este libro toda una etapa. Y lo hace en un momento en el que dice que piensa dedicar toda su energía a la literatura. El articulismo ya no le interesa.

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