La salida de Caballos de la ejecutiva regional socialista rebaja al mínimo la tensión del congreso

La conocida supresión de la secretaría de Política Municipal de la próxima ejecutiva regional y, por consiguiente, la salida de José Caballos como miembro electo de la dirección logró ayer un efecto balsámico en el congreso del PSOE de Andalucía. La tensión que se preveía apenas 48 horas antes de que los delegados se dieran cita en el plenario se rebajó al mínimo y la mayoría de los dirigentes consultados coincidía en señalar que los obstáculos "serán menores" a partir de que esta noche empiecen de verdad las negociaciones sobre los futuros ejecutivos socialistas. Aunque el menú de nombres empezó a circular ayer, sólo es seguro que Chaves será reelegido secretario general y que Luis Pizarro continuará al frente de Organización.

Presiones territoriales

La mayoría de los delegados entraron al Palacio de Congresos de Sevilla con la idea de que la mayor batalla se iba a dar en la continuidad o no de Caballos al frente de la secretaría de Política Institucional. Y pinchado el globo por el propio Chaves, mediante el sistema de eliminar la cartera en cuestión, la agitación se rebajó considerablemente.La marcha de Caballos, a juicio de algunos dirigentes, es la manera del secretario general de los socialistas andaluces de hacer visible el cambio tranquilo que propugnó el líder federal, José Luis Rodríguez Zapatero, y la forma, aunque no será la única, con la que Manuel Chaves va a enlazar con esa nueva etapa. La salida de Caballos fue interpretada en términos positivos por sus compañeros de ejecutiva, entre ellos, por el vicesecretario general del PSOE, José Asenjo, que había reclamado cambios en el "núcleo duro" de la dirección. "Es bueno que los que hemos pertenecido al núcleo de dirigentes demos un paso atrás y facilitar que Manuel Chaves haga cambios". El secretario general de Jaén, Gaspar Zarrías, interpretó la marcha de Caballos como "un servicio al partido", mientras que el responsable de Organización, Luis Pizarro, alabó "su generosidad".

Despejada la principal incógnita del congreso, se trata ahora de saber cómo Chaves va a encajar el resto de las piezas. Pizarro, mano derecha de Chaves, continuará en Organización ya que a juicio de un dirigente es "el engarce de la transición orgánica" que persigue el jefe de los socialistas andaluces. Tampoco parece probable que alguna agrupación dé la batalla por ese puesto. La delegación de Málaga, sobre la que recaía la mayoría de las miradas, no parecía dispuesta, más aún después de la conversación mantenida hace dos días entre Asenjo y Rodríguez Zapatero, en la que éste expresó su deseo de que hubiese un congreso sereno y de apoyo a Chaves.

Es seguro que habrá presiones territoriales, de las que se atisbó ayer un principio de pugna por ocupar la presidencia de la federación andaluza. Las diferentes fuentes consultadas daban por hecho que un alcalde estará en ese puesto. El de Granada, José Moratalla, era el que circulaba con mayor insistencia, aunque en competencia con el regidor de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, y el presidente de la Diputación de Málaga, Alfredo Fraile.De la representatividad de estas tres provincias va a depender gran parte de las negociaciones para la ejecutiva. Chaves, sin embargo, no quiere en puestos de responsabilidad ejecutiva a los presidentes de las corporaciones, dado que su disponibilidad para el trabajo orgánico es menor. Igual razón ha argumentado para que ningún consejero de su Gobierno esté en la dirección socialista.

Chaves tiene previsto una ejecutiva de 25 miembros, de los que seis o siete no responderán a ningún criterio territorial ni sectorial. "Serán de Chaves", aseguran los diferentes medios consultados, que destacan que será la primera vez que el secretario general se reserva un cupo propio. La idea de que una mujer ocupará la vicesecretaría también cobra fuerza entre los delegados, en sintonía con la iniciativa de Chaves de superar en mucho la norma estatutaria de 40%.