Puntualizaciones

Me dirijo a usted motivado por la aparición de una reseña literaria sobre el libro El engaño de Beth Loring, de Fernando Schwartz, publicada en Babelia, correspondiente al día 25 de noviembre de 2000, en la que quedan reflejadas algunas aseveraciones completamente erróneas sobre mi madre, Beryl Graves, que paso a detallar.La primera esposa de mi padre, si viviera, tendría ahora 101 años. Beryl Graves, nacida en Pritchard, fue su segunda esposa y ahora su viuda, que, a pesar de su avanzada edad, afortunadamente está viva y goza de buena salud, por lo que es comprensible su desasosiego al verse descrita como "bruja e incitadora al suicidio". Esto último, en particular, que creo constituye delito, la ha causado un gran disgusto.

No he leído el libro de Fernando Schwartz, por lo que no puedo opinar sobre las "licencias poéticas" que habrá podido permitirse al crear una obra de ficción intercalando personajes más o menos reconocibles de la vida real, pero le puedo garantizar que Beryl Graves nunca incitó a nadie al suicidio. En cuanto a lo de "bruja", intuyo que el autor de la novela no se refiere a ella, ya que él, como todas las personas que la conocen, pueden, sin duda, atestiguar que es un epíteto peyorativo que está muy lejos de ajustarse al carácter y personalidad de mi madre.

Quizá el señor Lluís Satorras debiera leer alguna de las biografías de Robert Graves, lo que le permitiría conocer mejor la cronología y el modo de ser y actuar de las personas que en algún momento rodearon a mi padre y así interpretar correctamente la novela.-