"No queremos ir ante la UE y la OTAN como parientes pobres"
El veterano ex comunista, hoy dirigente del Partido de la Democracia Social de Rumania (PDSR), Ion Iliescu ha ganado a sus 70 años la primera vuelta de las elecciones presidenciales de Rumania con un 36,61% de votos. Para volver a la presidencia, que ya desempeñó tras ganar las elecciones en 1990 y en 1992, Iliescu tendrá que derrotar el 10 de diciembre en la segunda vuelta al ultranacionalista Vadim Tudor, que logró un sensacional 28,47%. Iliescu afirma que Rumania no quiere ir a la Unión Europea y la OTAN con la mano extendida y sin hacer los deberes. Asegura que bajo su presidencia llevará adelante el programa de privatizaciones y desarrollo de la economía de mercado. También justifica la ejecución en su día del dictador derrocado Nicolae Ceausescu. Iliescu recibió al enviado de EL PAÍS en el antiguo edificio del Comité Central del Partido Comunista, de donde Ceausescu huyó en helicóptero con su mujer, Elena, en diciembre de 1989. Hoy, ese edificio de estilo estalinista alberga al Senado.Pregunta. Estará usted contento con el resultado electoral, porque Tudor es un candidato más fácil de derrotar...
Respuesta. Sí y no. Vadim aumentó su popularidad a partir de esa inmensa ola de enorme descontento de la gente y se presentó en las elecciones cuando los electores rumanos estaban al borde la rebeldía contra el poder de los últimos cuatro años, que provocó un verdadero desastre en la economía nacional y que hizo la vida insoportable. En estas condiciones, el lenguaje justiciero de Vadim sedujo a los electores. Eso explica su ascensión. Pero, si se analiza en serio el discurso del líder de PRM , se ve que no tiene fundamento y que, más allá de sus críticas, no hay un programa político auténtico. Estoy convencido de que la gente va a darse cuenta de esto y que, al fin, en la segunda vuelta optarán por un presidente con equilibrio, experiencia y sabiduría. Además, creo que la gente se dará cuenta también de que, si optan por Vadim, se corre el peligro de desviarse hacia un camino de extremismo, que podría crear muchas tensiones políticas y sociales en el país con su lenguaje extremista y xenófobo, y también su aislamiento internacional.
P. ¿Es usted un nuevo Iliescu o el mismo Iliescu de la anterior presidencia?
R. Nadie inteligente se queda en la misma posición de antes. La vida cambia, la gente cambia continuamente. Pienso que he acumulado bastante experiencia, como jefe del Estado y en los últimos cuatro años como senador y como presidente del mayor partido de oposición en el Parlamento. Esto me permitió ver las cosas desde otra perspectiva.
P. ¿Es usted consciente de que, si fracasa, en 2004 el presidente será Tudor?
R. Eso me parece imposible.
P. ¿Fracasar o que gane Tudor en 2004?
R. Está claro que no será fácil gobernar hasta 2004. El próximo Gobierno tendrá que cumplir una tarea muy dura, teniendo en cuenta el desastre económico. El partido de Tudor intentará aprovecharse de las dificultades que van a aparecer en el camino, desarrollando una demagogia social tremenda y con grandes presiones sobre el próximo Gobierno. Pero sigo creyendo en la paciencia y la sabiduría del pueblo rumano, y no lo veo caer en la trampa del discurso extremista.
P. Usted decía en su campaña que hay que entrar con dignidad en la UE y la OTAN. ¿Qué significa esto?
R. Es lo contrario de lo que han hecho los que han gobernado desde 1996 hasta hoy. Ellos han mostrado inmadurez política y falta de una auténtica visión estratégica. Se presentaron ante las instituciones y los funcionarios de la UE y la OTAN como alumnos de la escuela primaria que no han hecho los deberes. Nosotros queremos volver a ser un interlocutor digno de diálogo, en igualdad de derechos con todos los demás países y no como los parientes pobres que van con la mano tendida ante los más ricos y poderosos del mundo. Debemos sostener con dignidad nuestra causa.
P. ¿Va usted a llevar adelante las privatizaciones y la economía de mercado?
R. ¡Lástima que en los últimos cuatro años hubiese tanta demagogia sobre el tema de la privatización y de la economía de mercado! ¡Lástima! Como consecuencia de ello la idea misma de reforma económica quedó comprometida ante la opinión pública. Por un mal gobierno, nociones como la economía del mercado quedaron desacreditadas. La gente empezó a pensar de una forma muy crítica: "Si esto es la privatización, si esto va a ser la economía de mercado, tantos sufrimientos y tanta corrupción, ¿para qué la necesitamos?". Nosotros queremos privatizar la economía, porque la privatización es un componente obligatorio de la economía de mercado. También queremos tomar medidas de urgencia sobre los inversores extranjeros, que eran sencillamente espantados por las pocas facilidades del Gobierno, por el bajo poder de compra de la gente, por una burocracia corrupta y por una confusión legislativa en el terreno de las inversiones. Estos obstáculos tenemos que eliminarlos y ofrecer al sector privado una buena dirección. Estamos preocupados por atraer a los inversores extranjeros con una legislación favorable.
P. ¿Perseguirá su Gobierno a los corruptos?
R. Depende de lo que diga la justicia. Lo que debemos hacer, una vez en el poder, es eliminar las raíces de la corrupción con una legislación económica mejor y con una reforma administrativa que defina de forma más precisa las tareas de los funcionarios del Estado. O sea, actuar de tal modo que se elimine el marco que fomenta la corrupción.
P. ¿Cómo ve el trabajo del Consejo para el Estudio de los Archivos de la Securitate ? ¿Le parece que debe seguir adelante o sería mejor olvidar?
R. Adopté una posición neutral, consciente de este problema. Al mismo tiempo advertí de que una actividad como la de este Consejo podría mantener un estado de sospecha generalizada en nuestra sociedad. También dije que los primeros que padecerían las consecuencias del trabajo de este Consejo serían los miembros de los partidos con una larga tradición en Rumania , de donde se reclutaron los colaboradores de la Securitate. Los miembros del Partido Comunista Rumano no fueron colaboradores de la Securitate por una prohibición de Ceausescu, en 1965, cuando llegó al poder. Lo que yo dije ha resultado cierto. La mayoría de los colaboradores de la Securitate estaban entre los democristianos.
P. ¿Es partidario de seguir ese trabajo o de pasar página?
R. Creo que debemos llegar a un compromiso sabio sobre este tema y, por tanto, cerrar un capítulo de la historia. Pero, de momento, necesitamos una cierta verificación de los hombres públicos con funciones importantes al frente del Estado.
P. ¿Usted cree que fue correcta la ejecución de Ceausescu?
R. Sí. Si no hubiera sido por aquel juicio, si Ceausescu hubiese sido capturado por la gente revolucionaria aquí, en este edificio, el dictador habría sido linchado. Me parece que organizar un juicio, aunque improvisado, fue lo mejor. Personalmente, yo quería meter a Ceausescu en la cárcel por un tiempo, para que después de la revolución fuese castigado por una justicia de verdad. Pero fue prácticamente imposible en aquella época hacer eso. Estábamos ante un verdadero estado de sitio, con la gente muriendo a tiros en la calle. Entonces decidí organizar aquel juicio y creo, hoy día, que aquella decisión no fue la peor. No fue causalidad que, al día siguiente de la ejecución de Ceausescu, las metralletas terroristas callaran.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.