El pasado, sobre ruedas
José Alfredo Álvarez confiesa sin reparos que lo suyo nunca ha sido el fútbol, ni las cartas ni el baloncesto. Su gran pasión son los coches, sobre todo los antiguos, aunque no suele hablar demasiado de su capricho: "Si se entera mi mujer, me mata", contesta entre risas cuando alguien le pregunta por el precio del Ford Mercury, fabricado en 1948, que conducía ayer.Álvarez fue uno de los casi 40 participantes en el I Rally de Coches de Época celebrado ayer entre Madrid y Alcalá de Henares. El acto fue organizado por el Veteran Car Club de España -una asociación creada en 1962-, con la colaboración del Comisariado Europeo del Automóvil y los Consistorios de Madrid y Alcalá de Henares.
A lo largo de 50 kilómetros de recorrido, y a una velocidad mínima, los coches de época se adueñaron de las calles como en los viejos tiempos, cuando eran últimos modelos. En el rally participaron vehículos fabricados entre 1903 y 1935. Los había de varios modelos: un Citroën B-10 de 1919; un Buick de 1926; una furgoneta Donnet de 1927, y, por supuesto, los siempre famosos Rolls-Royce.
"Lo complicado de esta pasión es que es muy difícil encontrar los coches", comentaba José Alfredo Álvarez. A través de una búsqueda minuciosa, los coleccionistas pueden localizar estos vehículos en Estados Unidos, Francia o el Reino Unido. En cifras aproximadas, y aunque Álvarez no se atreve a asegurarlo, se suelen pagar entre 3 y 30 millones de pesetas por uno de ellos.
Pero la complicación no termina ahí. El segundo paso es encontrar los recambios y repuestos que requiere el vehículo. "Tienes que dar con una persona que te lo ponga a punto", explica Álvarez. Él ha tardado un año en reconstruir el Ford Mercury que ahora conduce orgulloso. Agustín Pérez, otro de los participantes, también se declara apasionado. Adquirió su vehículo hace 16 años, un Chrysler Imperial de 1930, al que cuida con total dedicación y que sólo saca en ocasiones especiales, como la celebración de este I Rally.
A la salida de la carrera, en la explanada de la catedral de la Almudena, acudieron unas 400 personas, pero esa cifra aumentó en Alcalá de Henares. Allí, los organizadores repartieron premios especiales entre los conductores de los vehículos mejor cuidados. Los ganadores fueron un Citroën de 1920 y un Ford A doble Faeton de los años treinta. También se concedió un premio a José Sánchez Medem, el mecánico que por muchos años ha lidiado con vehículos de época.
La intención de los organizadores es convertir esta primera cita de coleccionistas de coches antiguos en un acontecimiento obligado en los próximos años. De hecho, se plantea ya su "internacionalización", como ocurre con el Rally de Sitges. "Ha sido un éxito absoluto", decía uno de los participantes, "y esperamos poder repetirlo".
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