Simancas integra a los derrotados en la dirección de la FSM, pero obtiene sólo el 50,4% de apoyos
El guerrista Rafael Simancas, aclamado el pasado sábado como nuevo líder de la Federación Socialista Madrileña (FSM) con algo más del 55% de los votos, vio ayer cómo buena parte de los delegados que lo habían alzado a ese máximo cargo se descolgaba a la hora de votar su ejecutiva. Una dirección en la que la candidatura perdedora, encabezada por José Antonio Díaz, obtuvo el 24% de los puestos, lo que muchos guerristas interpretaron como una cesión intolerable al sector de los renovadores por la base y a la "intromisión" de la ejecutiva federal. Sólo un 50,4% de los delegados votó a favor.
Malestar y satisfacción
La composición de la nueva dirección de los socialistas madrileños, pactada entre vencedores y perdedores, vio la luz a las 9.45 de ayer, tras una larga noche de negociaciones. El "esfuerzo integrador" que Simancas había prometido la jornada anterior se materializó así en una ejecutiva de 37 miembros que incluye a nueve personas (un 24%) partidarias de José Antonio Díaz, rival de Simancas y derrotado el sábado en la elección a la secretaría general. Esa cesión de puestos, que incluye la vicesecretaría general (para el propio Díaz) y tres secretarías con cartera, fue tildada de "excesiva" por muchos guerristas y por buena parte de los renovadores clásicos que se habían sumado a la candidatura del concejal madrileño Simancas.Ambas familias critican sobre todo que se hayan incluido en la lista a "significadísimos" renovadores por la base, un grupo que, según estos delegados, "ha abierto demasiadas heridas en la federación". "Me pregunto quién ha ganado el congreso", ironizaba una representante guerrista poco después de conocer la composición definitiva de la ejecutiva.
La segunda crítica a esa dirección apuntaba directamente a la supuesta "intromisión" protagonizada por la ejecutiva federal del PSOE, más cercana, al inicio del proceso congresual, al candidato que luego resultó derrotado, José Antonio Díaz. Numerosos delegados aseguraban ayer que, durante la madrugada del sábado al domingo, la presión sobre el nuevo secretario general de la FSM, a través de llamadas telefónicas continuas, para que incluyese a gente de la candidatura de Díaz en su equipo de dirección había sido "descarada" e "intolerable".
"Nos han querido imponer la lista desde Ferraz [sede del PSOE]. Y Simancas se ha dejado convencer", se lamentaban. La gran mayoría de los socialistas madrileños, tanto guerristas como renovadores, sostiene que la ejecutiva liderada por José Luis Rodríguez Zapatero apostó equivocadamente desde el principio por el aspirante Díaz como seguro vencedor en la lucha electoral de la FSM.
Ese malestar de los vencedores, contrastado paradójicamente por la tranquila satisfacción que parecía reinar entre el sector derrotado el sábado -el propio Díaz se declaró contento con los resultados de la negociación y confiado en "superar entre todos la división en la FSM"-, se tradujo en la tarde de ayer en un masivo voto de castigo a la dirección propuesta por Simancas. Sólo el 50,4% de los delegados (295) aprobó la lista, otro 45,8% (268) entregó la papeleta en blanco y el 3,7% (22 delegados) emitió un voto nulo. Peor aún resultó la votación de los siete representantes de la FSM que se incorporarán al comité federal. La lista, encabezada por Joaquín Leguina, ex presidente de la Comunidad, y con minoría guerrista, fue tumbada por la mayoría de los delegados: sólo el 45% la aprobó."Sé que el esfuerzo de integración es difícil de comprender y de aceptar en primera instancia, pero estoy convencido de que a la larga dará sus frutos", afirmó Simancas en su discurso ante el plenario. Le había precedido en la palabra el secretario federal de organización, José Blanco, quien intentó -entre los abucheos de una parte de los delegados- sortear las acusaciones de intromisión vertidas contra la dirección del PSOE. "Las actuaciones incomprendidas, como seguro que lo ha sido la mía en este congreso, no deben hacernos perder la ilusión en el proyecto del cambio. Rafael Simancas, tú eres aquí el protagonista de ese cambio y tendrás a la ejecutiva federal a tu lado", advirtió Blanco. También Simancas quiso dejar claro que su lealtad a la dirección del partido es "total".
La división mostrada en la votación y el hecho de que el flamante secretario general de la FSM hubiese logrado más apoyos el sábado, cuando se presentaba solo, que ayer, con una lista supuestamente integradora y representativa del conjunto de las sensibilidades socialistas, fue interpretado de diversa forma por los delegados que se apiñaban en los pasillos. "Se ha fabricado la ejecutiva al viejo estilo, por componendas, dando cuotas de poder a las distintas familias. El peso de los renovadores por la base es excesivo y equivocado", comentaba el diputado renovador Antonio Carmona, miembro de la candidatura de Simancas y ahora en la dirección al frente del área de Economía. "La situación es complicada, pero los delegados acabarán apostando por la unión y se pondrán a trabajar juntos muy pronto. Esto no es el inicio de una nueva fractura", replicaba el guerrista Juan Barranco.
Pero en algo coincidían todos los sectores: la FSM, aseguran, sale reforzada de este noveno congreso para intentar ganar al PP en las próximas elecciones municipales y autonómicas de 2003. "Se palpa que el PP está en decadencia y nosotros vamos hacia arriba", sentenció Simancas, quien propuso a sus compañeros "trabajar juntos y recuperar Madrid para el socialismo".
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