Un socio activo del Círculo de Economía JOAN MAS CANTÍ
Para nosotros, los socios fundadores del Círculo de Economía que más convivimos con él -Carlos Güell, Arturo Suqué, Carlos Cuatrecasas, Vicenç Oller y Enrique Corominas, todos ex presidentes del Círculo de Economía-, Ernest Lluch es la persona más completa, generosa y honesta de la vida pública de estos últimos años en nuestro país que es, en realidad, el periodo del que podemos hablar.Donde hubiera una preocupación o una posibilidad de hacer algo positivo para la colectividad -mundo universitario, político, cultural, social, económico, deportivo, editorial, etcétera- en ningún momento faltó su compromiso, iniciativa y generosidad personal con una, repito, ejemplar honestidad y sencillez.
Desde el mismo inicio del Círculo de Economía, tanto como secretario general de la primera junta presidida por Carlos Ferrer Salat -a quien tanto echamos en falta y con quien tan estrecha relación, y buen entendimiento, siempre mantuvo Ernest- o como miembro de posteriores juntas o, en la actualidad, como vicepresidente de la Fundación Círculo de Economía, es uno de los socios que más ha contribuido a que el círculo haya sido capaz de desarrollar una labor en busca de una sociedad más abierta, moderna y justa.
En aquellas primeras reuniones del Círculo de Economía, a finales de los años cincuenta, emergía la decidida vocación europeísta de un Ernest con poco más de 20 años. Con la misma ilusión con que participaba activamente en los debates que se prolongaban hasta avanzada la noche, redactaba los comunicados y convocatorias que él mismo se encargaba de franquear y depositar en la oficina de correos.
Fabián Estapé, una de las personas clave en el inicio y desarrollo del Círculo de Economía, nos presentó a Ernest a quien, ya entonces, al igual que hoy, consideraba su discípulo predilecto. Desde entonces, el círculo ha seguido con esta línea de incorporar a representantes del mundo universitario que, independientemente del éxito en sus carreras profesionales, han permitido caracterizar a nuestra entidad como un genuino punto de encuentro y diálogo. Diálogo entre representantes del mundo empresarial interesados por la actividad intelectual y universitarios con interés por conocer de cerca la realidad productiva.
Nadie como Ernest supo interpretar esta necesidad de diálogo y mutuo conocimiento y, siempre, vio que el Círculo de Economía podía cumplir esa función.
No conozco a ningún socio que, como él, haya vivido tan intensamente el círculo. Independientemente de sus responsabilidades, durante 42 años estuvo a disposición de la entidad y de él surgieron múltiples iniciativas. Y recordando nuevamente su personalidad, siempre sin el menor deseo de protagonismo.
Pocas horas antes de su brutal asesinato, estuvimos conversando largamente acerca del sentido del círculo en la compleja sociedad de nuestros días. De nuestra voluntad de seguir siendo una entidad plural que incorpore a empresarios, académicos, profesionales y a todos aquellos que deseen participar en un espacio de diálogo y formación de opinión. Estoy convencido de que sus criterios y recomendaciones, que compartimos tan mayoritariamente, nos permitirán ser capaces de desarrollar ese papel que él deseaba.
Éste es el recuerdo de Ernest, nuestro amigo, a quien jamás olvidaremos.
Joan Mas Cantí es el socio número 1 del Círculo de Economía.
