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Reportaje:

El valor del arte

Un gran honor debió sentir Rafael Llaudes cuando la Casa Real le solicitó, en 1820, que cediera su cama para decorar una de las casas de la reina madre María Cristina de Borbón. Prueba de ello es que Llaudes mandó enmarcar la hoja en la que venía impresa la solicitud y aceptó gustoso.Esa cama española de estilo imperio, de caoba y madera dorada, atípica por su proporción -dos metros de largo por 1,50 de ancho-, es una de las casi 15.000 piezas que se encuentran a la venta en la 24º edición de la Feria Internacional de Arte y Antigüedades (Feriarte), que se celebra en el parque ferial Juan Carlos I. El certamen se prolongará hasta el próximo 3 de diciembre. En esta ocasión participan 189 expositores, de los cuales 170 son anticuarios y galerías.

La cama donde durmió la reina madre cuesta ahora cuatro millones, pero su actual propietario, José Antonio Cámara, no tiene demasiadas esperanzas de poder venderla. "Es muy difícil, porque una cama siempre tiene connotaciones extrañas y la gente es reticente, además requiere de una habitación grande. Pese a ello, esta pieza es especialmente extraordinaria", dice. En lo que sí confía Cámara es en poder vender una consola que lleva las marcas de propiedad del infante Carlos María Isidro de Borbón.

La consola, con espejo, según cuenta Cámara, estuvo probablemente en la habitación del infante, hermano de Fernando VII y uno de los gestores de la primera guerra carlista. La pieza cuesta 20 millones de pesetas. "Yo creo que, más que nada, es una pieza para Patrimonio Nacional", dice su propietario.

Y si de precios exorbitantes se trata, Feriarte ofrece a los amantes del arte la posibilidad de adquirir por 50 millones de pesetas una pintura de Sorolla que en 1906 se exhibió en una gran exposición en París. La obra pertenece a la época en la que el pintor comenzó a pasar sus veranos en Valencia. Sus dueños confían en que se venderá. "Tenemos muchas expectativas. Llevamos 15 años asistiendo a la feria y siempre nos ha ido bien", decían ayer.

Raquel Montagut, experta en arte africano, también irradiaba positivismo. Su galería tiene como pieza estrella una estatuilla de hace 2.150 años, hallada en África, que se cree perteneció a una civilización desaparecida. La obra se vende por 1,75 millones de pesetas. "Nosotros cada vez vendemos más; poco a poco, nos hemos ganado la confianza de los clientes", contaba, orgullosa, Montagut.

El año anterior se llevaron a cabo durante los días de la feria unas 8.000 operaciones comerciales, que el gremio de anticuarios espera mantener o superar en esta ocasión. Ayer al menos, los pasillos del pabellón 3 del parque ferial Juan Carlos I ya comenzaban a abarrotarse.

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