El Mallorca reacciona tras un pésimo primer tiempo

El Mallorca se ha colocado a un punto del liderato tras derrotar al Villarreal, un equipo que le dio mucho trabajo, a pesar de jugar con 10 jugadores desde el minuto 43 de la primera parte, por la expulsión de Quique Álvarez. Los isleños reaccionaron en el segundo tiempo, pero sufrieron hasta el final. Daudén Ibáñez, muy protestado por los dos equipos, anuló un penalti que había decretado, tras sacarle su auxiliar del error. Craioveanu había caído en el área, pero el ayudante del colegiado entendió que éste simuló la acción.El equipo castellonense le dio un baño al Mallorca en los primeros minutos. Víctor, su jugador más en forma, reflejó mejor que nadie el talante ofensivo con que el Villarreal afrontó el partido. Remató con peligro dos veces en cinco minutos y obligó a Leo Franco a emplearse a fondo.

El Mallorca, con Stankovic en la banda por primera vez en la Liga tras su lesión y Eto'o en el banquillo por orden de Luis Aragonés, que no le perdonó un acto de indisciplina en un entrenamiento, salió tan frío como la noche. El gol del argentino Bruno Marioni -el primero que marca en la Liga- le sacó de su letargo. Pero tampoco los baleares hicieron gala de un convencimiento pleno de lo que tenían que hacer. Las dudas, pérdidas constantes de balón y una desidia ofensiva preocupante, lastraron sus posibilidades.

El partido empezó a cambiar con la absurda expulsión de Quique Álvarez. Cometió dos faltas en cinco minutos, fue expulsado y dejó a su equipo con la papeleta de defender una ventaja mínima en campo contrario y en inferioridad numérica. El equipo de Luis Aragonés se hizo con el control absoluto en el encuentro, aunque el Villarreal, pese a jugar con 10, no cejó nunca en su empeño de empatar. Víctor pudo conseguirlo en el minuto 83 pero tuvo una pifia monumental cuando se encontraba totalmente solo ante Leo Franco. Su desesperación fue compartida por todos sus compañeros. Al final falló el mejor y el Villarreal se quedó sin argumentos, aunque pudo empatar poco después en un penalti que en principio señaló Daudén Ibáñez pero que luego rectificó ante la protesta unánime de los jugadores y del banquillo visitante. El linier entendió que Craiovianu había simulado la caída y el árbitro le enseñó la tarjeta amarilla. Poco después, Daudén Ibáñez decidió expulsar a Galván, con lo cual el Villarreal acabó el partido con nueve jugadores.