El mapa audiovisual se ha construido a golpe de reglamento

La televisión digital terreste se ha implantado en España a toda velocidad. En Europa, sólo Gran Bretaña y Suecia -a duras penas- han puesto en marcha programas basados en la nueva tecnología. La infraestructura necesaria para recibir las señales (descodificadores o televisores digitales) es prácticamente embrionaria. Además, la regulación se ha hecho a golpe de reglamento. Sin una ley que defina el marco de la nueva tecnología audiovisual (desde el número de operadores hasta la modalidad de las emisiones), el Gobierno se ha inclinado por abrir el abanico con el único límite de la viabilidad técnica, según ha puesto de relieve Uteca, la sociedad que agrupa a Antena 3, Tele 5 y Canal +.Las cadenas concedidas ayer convivirán con operadores de todo tipo. A expensas del futuro modelo de radio y televisión pública, el mapa audiovisual contempla dos cadenas públicas de cobertura nacional (TVE-1 y La 2), una docena de emisoras autonómicas también públicas (a las que habrá que sumar las próximas ofertas de Castilla-La Mancha y Castilla y León), dos plataformas digitales por satélite (Canal Satélite y Vía Digital), otra terrestre (Quiero) y un sinfin de emisoras locales y por cable.

Las privadas Antena 3 (en la órbita de Telefónica), Tele 5 (comandada por el grupo Correo) y Canal + (Sogecable) tendrán que compaginar sus actuales emisiones analógicas con las digitales antes de dos años. El Gobierno impidió expresamente a los tres operadores privados, y cualquiera de sus accionistas, concurrir a las convocatoria de los dos canales fallados ayer. Sin embargo, Recoletos (líder de Veo TV a través de Boj Media) posee todavía el 10% de Antena 3.

Las comunidades autónomas contribuirán a ampliar el mapa digital. Sus gobiernos tienen competencias para otorgar licencias en sus respectivas demarcaciones. Hasta ahora, sólo la Comunidad de Madrid ha adjudicado las dos programaciones de su cupo, que han sido para Retevisión y para Prensa Española (Onda Seis).

Las licencias de televisión digital terrestre en abierto tienen un plazo de validez de diez años renovables por idénticos periodos. Las emisiones deberán comenzar en el segundo semestre de 2001.