Es el momento
¿Qué futuro nos espera a los socialistas madrileños?, ¿qué queremos hacer con la FSM? Ésas son, a mi modo de ver, las grandes preguntas que necesitan una respuesta inmediata. La respuesta se la debemos a la militancia socialista y, especialmente, a los cientos de miles de ciudadanos madrileños que aguardan a que seamos capaces de mostrar una alternativa válida de progreso para ganar en Madrid.A partir de hoy vamos a darnos cita en el 9º Congreso Regional de la Federación Socialista Madrileña los delegados que acabamos de elegir en las agrupaciones socialistas. Tenemos una tarea de enorme responsabilidad. Vamos a colaborar en el proceso de toma de decisión colectiva sobre quién va a ser el próximo secretario general y qué personas y con qué proyecto van a dirigir el futuro de la organización.
Yo soy aspirante a esa responsabilidad y no voy a extenderme en el relato de los males que nos atenazan y nos mantienen alejados de la sociedad. Tan sólo voy a apuntar las generalidades del diagnóstico; que el modelo de la FSM está agotado; que llevamos en crisis interna demasiado tiempo; que no somos capaces de adaptar nuestra oferta programática a los anhelos de la ciudadanía; que la mesa camilla como fórmula de reparto de puestos es un método inaceptable; que somos incapaces de organizarnos y trabajar internamente con la eficacia, seriedad, democracia y ética que exigimos públicamente a nuestros adversarios políticos; en definitiva, que, o cambiamos ya o estamos condenados al ostracismo político y condenando a la resignación a cientos de miles de ciudadanos progresistas de Madrid.
Todos conocemos la situación y todos hemos hecho ya notables ejercicios de flagelación colectiva. Ahora es el momento de reconciliarnos con nosotros mismos primero, y acto seguido, con la sociedad. Para cambiar las cosas hacen falta muchos ingredientes: firmeza en las convicciones, voluntad de transformación vertebrada en torno al consenso y a la suma de voluntades, compromiso ético, y mucho debate de ideas además de estricto respeto democrático a las decisiones colectivas. Hace falta también olvidarse de las heridas del pasado y unas grandes dosis de generosidad y visión de futuro.
Es el momento de hacer aflorar dos elementos colectivos, el valor de los que son capaces de asumir voluntariamente una responsabilidad que entraña riesgos y la generosidad integradora y con altura de miras. Es el momento de trasladar a Madrid la inmensa enseñanza que obtuvimos el pasado verano en el congreso federal, poner fin a la dictadura grupal y abrir una puerta a la esperanza que pasa por la libertad de decisión individual para conformar así una decisión colectiva acertada.
Es, por tanto, el momento también de transmitir sensaciones positivas a la sociedad y de construir las bases para impulsar en Madrid un proyecto nítidamente socialdemócrata. Es el momento de expresar una firme vocación por la transformación de la sociedad frente a la gestión narcotizante y triste de la derecha. Vamos a elaborar ya, un proyecto luchador y ganador, defensor de la igualdad de oportunidades, defensor a ultranza de los más desfavorecidos, un proyecto que vertebre el equilibrio territorial, de firme compromiso con el desarrollo sostenible, con un discurso actualizado ante los nuevos problemas que está generando el paradigma del éxito de la economía actual.
Es el momento de dejar de preguntarnos qué nos está pasando a los socialistas madrileños y empezar a trasladar a la sociedad certezas en lugar de incertidumbres, propuestas a cada crítica a la aburrida gestión de la derecha gobernante, pasiones y orgullo por la gestión de la cosa pública frente a quienes sólo hacen el discurso de lo posible, el discurso del pensamiento único.
Para ello es necesario que articulemos un modelo de FSM nuevo, pero sobre todo hace falta que, de una vez por todas, empecemos a escuchar a los ciudadanos primero y compartir con ellos después, cómo creemos que podemos ayudarles a mejorar sus vidas a través de la gestión de la Comunidad de Madrid y de los Ayuntamientos. Porque se trata precisamente de eso, en lugar de escenificar la aburrida novela de la pelea interna socialista.
Tenemos obligación de posibilitar una sociedad más justa, abierta, solidaria y adaptada a los retos del nuevo milenio. Es el momento de hacer otra vez el discurso de la cohesión social frente a los que claman que se trata de un discurso desfasado. La realidad de Madrid, los datos fríos, despojados de la interpretación interesada de los tecnócratas del PP, nos avisan claramente de una mayor dualización social. El progreso económico, lejos de revertir en una mayor distribución de las oportunidades no ha sido aprovechado y se ha fomentado, aún más, la diferencia excluyente. La derecha gobernante no ha creado las condiciones objetivas para trasladar una parte del éxito económico labrado en contra del desarrollo sostenible, a las políticas sociales, las cuales son utilizadas por la derecha como puras y simples coartadas de marketing político. No es posible seguir soportando el discurso de que la preocupación por el desarrollo de los servicios sociales es un sinónimo de la alabanza a la ineficiencia. Es el momento de denunciar esta falacia y poner el énfasis en que una adecuada gestión de lo público es el elemento imprescindible de la acción política y que, ni mucho menos, está reñido con la nueva realidad económica global.
Es el momento de denunciar el paternalismo social y reivindicar el dinamismo intrínseco de las organizaciones ciudadanas y políticas: frente a los que alientan un mundo no gubernamental como solución a las urgencias de los más desfavorecidos, reivindicamos el papel básico e insustituible de las instituciones públicas y de los partidos políticos como agentes activos del cambio a corto, medio y largo plazo. La acción política es digna, noble y necesaria y la FSM como institución política, va a recuperar su protagonismo y va a ser el mejor instrumento para extender dichos atributos.
Hay muchos más asuntos urgentes en la agenda política de Madrid y para todos ellos vamos a ofrecer alternativas. Pero para que sean creíbles y acertadas, hace falta sumar el inmenso caudal de talento que hay dentro de la FSM y en los entornos sociales progresistas.
Desde aquí y desde ahora para siempre, invito a los socialistas sin apellido, renovadores por la base, renovadores puros, ex renovadores, guerristas, acostistas, borrellistas, Izquierda Socialista, no alineados y, en fin a todas las sensibilidades del socialismo madrileño a superar la diferencia y empezar a escribir las primeras páginas del nuevo libro, de la nueva época en la que seguro vamos a adentrarnos a partir del 9º congreso. Nos sentimos orgullosos de nuestro pasado. Hemos aprendido de nuestros errores y de nuestros aciertos. Renunciamos a la división esterilizante y apostamos desde ya por el futuro.
Definitivamente es el momento.
José Antonio Díaz es vicerrector de la UNED y aspirante a la secretaría de la FSM.
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