De profesor a profesor

Compañero Pedro Sanz, creo que has interpretado sesgadamente mi carta del 10 de noviembre. Verás: 1º Nunca escribí -ni escribiré- que me amargue impartir clase en la enseñanza secundaria, porque ni soy un amargado ni estoy amargado. Me tengo por un profesional docente honrado, cumplidor y honesto, que considera, y así año tras año se lo transmito a mis alumnos, que uno de los logros sociales que históricamente más nos ha costado a los españoles ha sido el acceso a la enseñanza. Y éste no es el foro para relatar mis experiencias vitales ni las del 80% de los españoles de mi generación. No quieras confundir, compañero: para mí la enseñanza y la educación son los logros más preciados del individuo y, día a día, mis esfuerzos más grandes son para inculcar en mis alumnos esa creencia. 2º Imparto enseñanza secundaria obligatoria y, ¿sabes?, me han asignado un curso de 4º de ESO que tiene un 78% de alumnos, de 27, que tienen asignaturas pendientes (hasta 7) o bien repiten curso; y tengo otro curso de 30 de ESO que, con 26 alumnos, el 94% (24) tienen asignaturas pendientes (hasta 7) o repiten. No sólo es cuestión de ratio, si analizas estos datos y otros que puedo darte y que tú conoces. 3º No se trata, no, de dar un tema o no darlo, no. Reitero lo que expuse en mi carta. Además, en 4º de ESO, en nuestro temario (perdón, en nuestro diseño curricular) impartimos Historia del Mundo Contemporáneo. 5º No quiero "crear caldo de cultivo" (sic). Pregúntale -si aún te quedan en el centro- a los compañeros de Latín y de Griego dónde han ido o qué materias imparten. No quiero que le quiten horas a nadie, pero a muchas disciplinas sí le quitaron horas. 6º Y, profesionalmente, "no he de callar, por más que..." (Quevedo) tengo a honra y mérito haber sido profesor de bachillerato -como unos miles de compañeros en España-, pero cuando se implantó la LOGSE cursé el programa de doctorado en Ciencias de la Educación y otros muchos cursos de formación.- Antonio Moreno Aguirre. Jaén.