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Las elecciones a gobernador refuerzan el poder de Putin en las regiones rusas

El domingo le tocó el turno a Kaliningrado, la antigua Konigsberg alemana, un enclave fronterizo con Polonia y Lituania, pero aislado del resto de Rusia. El anterior gobernador, Leonid Gorbenko, sufrió una clara derrota frente al jefe de la Flota del Báltico, almirante Vladímir Yegórov, quien se presentó por orden directa, se dice, de Vladímir Putin. El líder del Kremlin aprovecha el proceso electoral en marcha, que hasta comienzos de enero renovará el gobierno de 33 de las 89 regiones del país, para recuperar una influencia a la que Borís Yeltsin renunció cuando dijo que cada provincia, territorio o república podía tomar "todo el poder que fuese capaz de digerir".La esposa de Putin, Liudmila, nació en Kaliningrado. Por eso, se decía, el presidente no podía dejar que se le escapara el control del estratégico enclave. Putin no parece un hombre capaz de dejarse llevar por el sentimentalismo. Debía haber algo más, como su deseo de convertir a esa región báltica en laboratorio para un nuevo modelo de relaciones con Europa. De nada le sirvieron a Gorbenko sus promesas de lealtad. Putin no se fiaba de él y prefirió mostrar un apoyo público (no oficial) a Yegórov, uno de los numerosos mandos de las Fuerzas Armadas o del Servicio Federal de Seguridad (heredero del KGB) a los que está promoviendo a puestos políticos clave.

Es tal la reverencia de los rusos hacia el poder (en forma de zar, secretario del PCUS o presidente), y tan alto el capital de apoyo que Putin conserva, que resulta difícil ganar unos comicios regionales con la oposición del Kremlin. Algunos gobernadores que saben que nunca podrán lograr el favor del presidente han renunciado a la reelección. El periódico Novaya Gazeta publicó una lista negra con los nombres de varios de ellos.

En cabeza estaba Alexandr Rutskói, vicepresidente con Yeltsin hasta que se le rebeló en 1993. En octubre era favorito para repetir triunfo en Kursk, escenario de la mayor batalla de carros de combate de la II Guerra Mundial. Antes de que se abrieran los colegios, un tribunal le descalificó por abuso de poder y falsedad en su declaración de renta. Nada para lo que se gasta en Rusia.

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