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Clase táctica y magistral

Entrenadores de equipos de Segunda División reivindican en un coloquio la identidad del fútbol andaluz

Ginés Donaire

,Cualquier tiempo pasado fue mejor. También en lo futbolístico. Al menos, ésa es la coincidencia de los entrenadores de los equipos andaluces de la Segunda División, que ayer respondieron, en un coloquio celebrado en Jaén, a la pregunta de si es un éxito tener cinco conjuntos de la región en la categoría de plata o, por el contrario, es un fracaso tener sólo uno en la Primera División. En el debate, los técnicos reivindicaron la identidad del fútbol andaluz, el aumento de las instalaciones deportivas y una mejor gestión por parte de los dirigentes. El coloquio se enmarcó dentro del seminario que, bajo el título Fútbol, fenómeno social, patrocina la Delegación de Turismo y Deporte de Jaén, cuya titular, Marta Jiménez, agradeció a los entrenadores que dejaran la rivalidad deportiva en el campo y compartieran mesa para hablar de lo que mejor saben hacer. Eso hicieron todos menos el técnico del Betis, Fernando Vázquez, al que parece que no le sentó muy bien la derrota en el derby sevillano.

Rompió el hielo el sevillista Joaquín Caparrós, el primero en llegar. Y lo hizo crecido por el triunfo ante el eterno rival, pero descargando dosis de euforia. Por momentos pareció jugador, a tenor del regate que hizo a la pregunta por la entrada de Pablo Alfaro al bético Capi. "¿Y la de Diego Ribera?", contestó él. Ya en el coloquio, Caparrós no tuvo dudas al afirmar que el problema del fútbol andaluz es de gestión, tanto económica como deportiva. Puso como ejemplo el punto de inflexión que supuso el descenso administrativo de Celta y Sevilla a la Segunda B hace cinco años. A partir de entonces, apuntó el técnico del club de Nervión, "los gallegos empezaron a gestionar bien y ahí están sus resultados". Sacó a relucir también sus virtudes como sociólogo cuando afirmó que el fútbol también es "un reflejo de lo que le pasa a la sociedad andaluza".

El técnico jiennense Pedro Braojos, que fuera portero en su etapa de jugador, añoró los tiempos en los que "había más amor a los colores" del equipo de la tierra, y reprochó la carencia de instalaciones deportivas y el poco mimo que se tiene a la cantera. Estos dos argumentos los hizo con conocimiento de causa. Primero porque todas las semanas su equipo anda de pedigüeño por los pueblos de la provincia para poder entrenar con la idea de preservar el viejo terreno de La Victoria, que está en fase de extremaunción. Y en segundo lugar porque antes de llegar a Jaén estuvo en el Spórting que, a su juicio, tiene en las instalaciones de Mareo el modelo ideal de fábrica de jugadores.

El técnico del Recreativo del Huelva, Lucas Alcaraz -que estuvo impartiendo doctrina deportiva en el mismo lugar, la antigua Escuela de Magisterio, en el que su padre, el político Felipe Alcaraz, impartió clases durante muchos años- manifestó que los clubes andaluces adolecen de un proyecto deportivo global. "Se trabaja para conseguir resultados a nueve meses, y el proyecto depende de si la pelota entra o no", se lamentó. Abogó por una mayor identidad del fútbol andaluz para huir de los proyectos "que un año se basan en equipos de garra y otros en conjuntos técnicos".

El cordobesista José Escalante, que llegó tarde al debate por el entrenamiento de su plantilla, fue el que más añoró viejos momentos, en los que él o su compañero Juan Verdugo eran los ídolos de la afición cordobesa en la Primera División. Aunque admitió la existencia de ciertos desequilibrios entre capitales, dijo que esta época es mejor gracias a la hegemonía de los equipos andaluces en el furgón que otorga el máximo premio: el ascenso. Y, cómo no, otra vez la identidad local. "Cuando jugaba, éramos casi todos de Córdoba", recordó.

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