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Reportaje:TENIS

Àlex disipa sus dudas

A los 26 años, Corretja asegura que ha recuperado la fuerza mental y que está a punto para el Masters y la Copa Davis

La cabeza de Àlex Corretja hirvió durante varias semanas. Ni él ni el resto de su equipo, Javier Duarte (su entrenador) y Petrit Fejzula (su preparador físico), tenían claro si atacaban con firmeza la clasificación para el Masters o renunciaban finalmente a la última cita del circuito ATP para centrarse de lleno en la final de la Copa Davis. Las dudas estuvieron a punto de romper todas las expectativas. Pero hace dos semanas, en Lyón, se sentaron a dialogar con este único tema para debatir. Y decidieron que apostaban a muerte por el Masters."Creí que era absurdo tirar esta posibilidad por la borda", explicó Àlex, una vez ya alcanzada la clasificación. "Evaluamos los problemas que jugar el Masters podía acarrearme y los asumimos. Estoy entre los ocho mejores del mundo y tengo dos citas por delante, el Masters y la final de la Copa Davis, que pueden hacer irrepetible la temporada".

Volver al Masters supone un gran reto para Corretja. Su primera participación se produjo en 1998 y concluyó con la consecución del título más importante de su carrera. Ganó en Hannover y superó en la final a Carles Moyà, que le había vencido en la final de Roland Garros, salvando un déficit de dos mangas a cero.

"Tengo una sensación de grandeza", confesó Corretja el mismo día en que se aseguró su plaza para el Masters alcanzando los cuartos de final de París-Bercy. Sin embargo, las dudas cruzaron esta vez por su cabeza, porque su año se cerrará con la final de la Copa Davis ante Australia en Barcelona, y ésa es ya ahora la cita más importante en la carrera de los españoles que van a disputarla.

¿Cómo va a llegar Corretja a la tierra batida del Sant Jordi, si no pisará este elemento hasta que concluya el Masters (del 27 de noviembre al 3 de diciembre), que se juega en moqueta justo la semana anterior a la final de la Copa Davis? "Supongo que la experiencia me servirá", alega el número uno español y séptimo jugador mundial. "Cuando uno tiene mucha confianza, los cambios de superficie se acusan menos. Por otra parte, a mí me cuesta menos saltar de las pistas rápidas a la tierra batida. Sin embargo, tanto Duarte como yo seremos honestos: si no estoy preparado, no jugaré el viernes. Hay otros jugadores en el equipo [Costa y Ferrero] que pueden sustituirme con todas las garantías".

En París, Àlex cerró sus dudas. Quiere estar en el Masters porque 1999 le dejó la espina clavada de no poder defender el título logrado en 1998. Pero, además, quiere estar en la cita de los últimos ocho en Lisboa, porque se siente incluso mejor que hace dos años. "Mentalmente", asegura, "he recuperado la fortaleza. Soy mejor tenista que en 1998. He evolucionado tanto como el circuito me ha exigido. No me he estancado. Y pienso que tengo posibilidades de volver a ganar el Masters. Aunque también puedo perder los tres primeros partidos y quedarme fuera".

Lllegar a estas conclusiones sólo un año después de una temporada plagada de lesiones y de sinsabores no es nada sencillo. En 1999, Corretja vivió algunos de los peores momentos de su carrera profesional. Martirizado por las lesiones, los virus y las alergias, cayó desde la tercera posición del ATP Tour (final de 1998) hasta la 26ª, tras un año sin títulos y con sólo tres finales.

"Deportivamente no fue un gran año, es cierto. Pero cuando pude jugar lo hice bien. Y, por encima de eso, fue una temporada que me fortaleció mentalmente. Me ayudó a comprender que además del tenis existen otros valores, como la familia y los amigos, que están a tu lado cuando les necesitas. Gracias a eso ahora puedo sentirme tan fuerte".

En Lyón, Corretja tomó una decisión difícil, que puede convertirse en polémica. En París disipó todas sus dudas: quiere estar en el Masters y en la final de la Copa Davis. "Éste es ya ahora mi mejor año", asegura. Lleva ganados cinco títulos y la medalla de bronce de dobles en los JJ OO de Sydney. "Pero puede que lo mejor esté aún por llegar".

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