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FÚTBOL 11ª jornada de Liga

El Rayo aplasta al Málaga

Sensacional partido de los vallecanos, que ascienden al cuarto puesto

El Rayo se puso ayer espectacular, sacó el rodillo y pasó por encima del Málaga, al que zarandeó sin miramientos. El marcador final, 4-2, miente. Porque bien pudo el Rayo conseguir un resultado de escándalo: seis goles, siete quizá, lo nunca visto en Vallecas. Mereció hacerlo. Los rayistas maltrataron al Málaga y cerraron el partido agigantados. Bien es verdad que a los dos minutos el marcador ya les sonreía, lo que siempre ayuda. Y no menos cierto es que el Málaga, un chollo cuando visita Vallecas, nunca se creyó que tenía algo que decir en aquel escenario.Pero, más allá de detalles puntuales, el partido sirvió para que el Rayo se diera un homenaje a costa de un Málaga minúsculo. Buena culpa de ello la tuvo el regreso de un jugador que gobernó aquello como le dio la santa gana. Pablo Sanz se llama. A los dos minutos, Bolo inició el zarandeo. Y feliz vivía el Rayo cuando un despeje fallido de Ballesteros, otro que hizo un partido enorme, dio origen al gol de Zárate.

RAYO 4 MÁLAGA 2

Rayo Vallecano: Lopetegui; Alcázar, Ballesteros, De Quintana, Mingo; Iván, Pablo Sanz (Mauro, m. 72), Quevedo (Bartelt, m. 81), Míchel; Bolic (Helder, m. 64) y Bolo.Málaga: Contreras; Rojas (Edgar, m. 71), Larrainzar, Roteta (Sandro, m. 61), Valcarce; Rufete, Bravo, Movilla, Iznata (Agostinho, m. 70); Zárate y Dely Valdés. Goles: 1-0. M. 2. Córner que cabecea Bolo en el punto de penalti. 1-1. M. 24. Libre indirecto que aprovecha Zárate para marcar de disparo raso. 2-1. M. 37. Saque largo de Lopetegui, Larrainzar no despeja y Bolic se adelanta de cabeza a la salida de Contreras. 3-1. M. 78. Centro de Mauro desde la derecha y Bravo marca en propia meta. 4-1. M. 90. Michel se interna y deja a Bartelt, que supera a Contreras. 4-2. M. 90. Agostinho se escapa por la izquierda y bate a Lopetegui. Árbitro: Muñiz Fernández. Amonestó a Bolic, Pablo Sanz, Movilla y Valcarce. Unos 9.000 espectadores en Vallecas.

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Aquel momentáneo empate no premiaba el buen juego del Rayo, que en los pocos momentos de duda optó por bombear el balón, solución que también le fue rentable dada la torpeza con la que los centrales del Málaga se emplearon en ese terreno. Y así llegó el segundo gol, en el que Larrainzar decidió contemplar los acontecimientos sin mover un músculo, para jolgorio de Bolic y de la grada.

Pero el Málaga no sólo tuvo problemas atrás. Dado que la posibilidad de que Bravo pueda gobernar el juego de este equipo -o de cualquier otro- está descartada, el Málaga naufragó a lo grande. Contreras no dejó de trabajar un instante, pues el Rayo llegaba rápido una y otra vez, por las bandas, por el centro, por el cielo... Aquí, un túnel de Michel; allí, un taconazo de Bolic... En éxtasis vivió el Rayo frente a un adversario enano al que golpeó hasta hartarse.

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