"El flamenco ha ido perdiendo protagonismo en los pequeños pueblos"
Primero fue cantaor y después poeta. O quizá no. Carlos Cruz (Villacarrillo, Jaén, 1946) no entiende el cante jondo sin el componente poético e intimista que lleva dentro. Con 17 años se subió a un escenario por primera vez y, desde entonces, ha ido moldeando todo el folclor popular que ha rescatado de los pueblos andaluces y que él ha ido aflamencando. El cantaor jiennense acaba de publicar su segundo libro de poesía, Vislumbres.Pregunta. ¿Qué intenta transmitir en Vislumbres?
Respuesta. Sobre todo, lo que llevo dentro. De un lado, incluye poesía popular y, de otro, la que se deriva de mi lectura de autores clásicos, como Garcilaso y otros de este siglo, como Machado o García Lorca. No me gusta encasillarme en ningún estilo concreto, aunque siempre me muevo dentro de una técnica concreta. La poesía, en definitiva, es la suma de técnica y emoción. En el libro transmito sensaciones que, a lo mejor, no llegan de otra manera a la gente. La poesía tiene algo muy personal, que es la intimidad del que la escribe; se produce una cierta relación de complicidad entre el autor y el lector.
P. ¿Cómo ve el estado de salud del flamenco en Andalucía?
R. Por desgracia, el flamenco está quedando más para las grandes ciudades y ha ido perdiendo protagonismo en los pequeños pueblos. Hay quien piensa que la culpa es de los jóvenes por alejarse del flamenco, pero yo no estoy de acuerdo. Hay que superar la dicotomía de un flamenco para mayores y otro para jóvenes. El pan no es para jóvenes o mayores, es para todo el mundo igual.
P. ¿Las raíces del flamenco continúan vigentes en el siglo XXI o, por el contrario, se han ido desvirtuando?
R. La raíz nunca se desvirtúa porque siempre habrá referencias discográficas. Lo que ocurre es que se están dando ciertas aproximaciones, como el pop-flamenco o la salsa aflamencada. Tampoco puede hablarse de una evolución, porque yo entiendo esa evolución cuando existen nuevas aportaciones sobre el origen del cante.
P. ¿Hasta qué punto es importante en su trabajo el folclor popular de los pueblos?
R. Ese folclor es el que a mí me da una base sólida. Lo cojo como si se tratase del barro y lo moldeo. El resultado es lo que yo quiero transmitir y sacar adelante. Ese acervo cultural es una fuente riquísima, y los grandes artistas como Falla o Turina se han basado en él. Y no digamos en el flamenco, donde toda la vida se ha recurrido a las jotas y al fandango que luego se ha aflamencado.
P. ¿Cada cantaor tiene que llevar dentro un poeta?
R. Yo creo que sí porque, de alguna manera, el cantaor está expresando un sentimiento hecho poesía. Si lo está cantando, tiene que estar sintiéndolo al mismo tiempo.
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