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El guionista de Samuel Bronston

El malagueño Enrique Llovet vive retirado tras colaborar en 'Rey de reyes' y 'El Cid'

Diplomático en Teherán

Enrique Llovet (Málaga, 1917) siempre fue un hombre inquieto: estudió Derecho, Filosofía y Letras, Ciencias Políticas y Económicas en Madrid, París -en la Sorbona- y en el Trinity College de Dublín. Diplomático y periodista, Llovet destacó como guionista, trabajando al lado de Samuel Bronston, Benito Perojo y Cesáreo González.Participó como guionista en más de 30 películas, a la vez que desarrolló una importante carrera como autor teatral y adaptador de obras clásicas. También estuvo relacionado con la zarzuela, la radio y la televisión este escritor que lleva 10 años apartado del cine. "Ya no me contratan porque piensan que no puedo escribir guiones de películas que cuesten menos de 10 millones de dólares. De vez en cuando viene alguien y me dice: 'esto, pero como con Bronston'. Y entonces yo tengo que decir que no, que él no es Bronston, ni tiene su financiación, ni se rueda en inglés, ni tiene sus actores".

Sus inicios en el cine fueron fruto del azar. "Acababa de publicar un artículo sobre los últimos de Filipinas cuando, al día siguiente, en una tertulia a la que asistía con frecuencia, y en la que también estaban López Rubio y Mihura, Antonio Román me dijo que ese artículo era excelente para convertirlo en el guión de una película que el mismo dirigiría. Por eso no sufrí mucho para iniciar mi vida cinematográfica; todas las cuentas que tenía que pagar las pagué cuando estudiaba, después ya no", explica Llovet haciendo alusión a sus intensos y duros años de estudio frente a la facilidad para entrar por la puerta grande en el cine.

También su incorporación como hombre de confianza de Samuel Bronston fue por azar. "Un tiempo después de habérmelo presentado, coincidimos en un hotel de Berlín en el ascensor, y en un minuto me preguntó en qué estaba trabajando y le contesté que me habían despedido; al momento me ofreció un contrato como coordinador de guiones de las películas que iba a producir. Además, me preguntó cuánto cobraba porque me aseguró que me pagaría 10 veces más".

El despido al que hace alusión Llovet es a su cese como diplomático en Teherán en 1959. Mientras estuvo allí escribía artículos con seudónimo para un periódico madrileño. Como consecuencia de estos artículos tuvo un incidente con el ministro de Asuntos Exteriores -Pedro Cortina- por lo que decidió dejar la carrera diplomática.En su opinión, Bronston tuvo una idea brillante cuando le propuso a DuPont, un importante magnate con negocios en España, invertir en cine todos los beneficios que no podía sacar del país, porque la ley establecía la prohibición de exportar divisas.

Llovet fue colaborador de algunas de las mayores superproducciones que se rodaron en España -Rey de reyes, La caída del Imperio Romano, El Cid- y llegó a entablar amistad con algunos de sus directores como Anthony Mann o Nicholas Ray, así como sus protagonistas, en especial Charlton Heston, de quien admira su profesionalidad, disciplina y rigor con el que se preparaba los personajes.

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A propósito de El Cid surgió una leve polémica en España sobre su fidelidad histórica al personaje, pero Llovet fue tajante. "Le dije a Arias Salgado, por entonces ministro, que hacíamos películas, no historia, del mismo modo que Shakespeare tampoco hizo historia al escribir Othelo o Macbeth".

A lo largo de las casi cinco décadas de estrecha vinculación con el cine, Llovet jamás se sintió tentado de dirigir y es que en este sentido lo tenía meridianamente claro: "Nunca me lo planteé porque no estaba dispuesto a soportar lo que aguanta un director. Éste tiene que decir a todo que sí porque un rodaje, con el dinero que cuesta, no se puede detener".

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