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THE MANILA TIMES Silencio: se juzga

Adivinar cómo va a terminar el proceso de destitución del presidente Estrada se está convirtiendo en un juego popular. Es comprensible que sea un pasatiempo, pero los políticos directamente implicados en el proceso y los líderes de opinión cuya voz tiene más eco deben recibir la advertencia de que no emitan juicios de valor y no cedan a la tentación de predecir cómo acabará el proceso. (...) Se aprobará una norma que desanime a los senadores de comentar en público sus puntos de vista sobre el proceso de destitución del presidente filipino. (...) La expectación existente se centra sobre todo en saber si los senadores van a asistir a este juicio y van a escuchar las acusaciones contra el presidente sin prejuicios. Tengan las opiniones privadas que tengan, éstas deben ser eliminadas para conseguir una apreciación objetiva de las pruebas contra Estrada.Cuando llegue el momento de enjuciar, a los senadores sólo les debe guiar su conciencia. (...) Si 16 senadores le encuentran culpable, Estrada dimitirá. Esto no significará el final del proceso contra él, (...) lo que le provocará una lenta agonía. Si no le encuentran culpable (...), seguirá en su cargo hasta 2004. Pero la vicepresidenta Gloria Macapayal-Arroyo ha declarado que una afirmación de inocencia no detendría a la oposición política en su cacería para echar al presidente.

Por ahora, dejemos de prejuzgar para que los senadores hagan su trabajo. Y mientras el proceso de destitución está en marcha, ¿podría la oposición declarar una moratoria y desmovilizar las manifestaciones callejeras? Esto sería bueno para el país y su economía.

Manila, 17 de noviembre

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