La resurrección de Juninho
El centrocampista vuelve a vivir momentos de gloria tras triunfar con la camiseta de Brasil
Los diarios de Río tienen por costumbre, en los comentarios de los partidos de fútbol, dar a los jugadores una nota, de cero a diez, segun la actuación de cada uno. Luego de la pobre victoria de Brasil por un gol a cero sobre Colombia, dando continuidad a una serie de partidos en los que la selección no logró convencer a nadie, un nombre se destacó, obteniendo la nota máxima: Juninho. De esa forma, el mediocampista del Vasco da Gama sigue correspondiendo al cariño de la afición.Emerson Leão, nuevo entrenador de la selección, también se sumó al coro de elogios: "Juninho hizo lo que espero de un cemtrocampista, regresando para ayudar y con técnica suficiente para subir al ataque". Tratándose de un entrenador parco en palabras y ancho de prepotencia, hay que multiplicar el elogio por dos, como mínimo. El partido fue una repetición de los equívocos que vienen caracterizando a la selección brasileña: errores en los pases, Rivaldo absolutamente perdido en la cancha, una actuación floja en el mediocampo, frustración e ira de los hinchas... Pero en ese panorama, dos jugadores vivieron su tarde de gloria: el zaguero Lucio y Juninho.
De un córner preciso sacado por Juninho nació, en el último instante, el cabezazo de Roque Junior. Los 50.000 aficionados que estaban en Morumbi supieron reconocer el desempeño del pequeño jugador, que desde su regreso al país, fichado por el Vasco da Gama, supo jugar un fútbol de primera línea, exactamente el que lo consagró hace siete años, cuando se reveló en el São Paulo.
Desde que retornó a Brasil, el 2 de agosto, cedido por el Atlético al Vasco da Gama, Juninho vive momentos dulves en su país. El mediocampista mantiene un promedio elevado de buenas jugadas, disputa con garra los partidos, reitera pases precisos, regates inesperados. Luego de un difícil periplo por Europa, lleno de idas y vueltas, de encuentros y desencuentros con la afición del Atlético de Madrid (donde llegó a ganar el cariño y la admiración para luego vivir una temporada de ostracismo), Juninho no se olvida de la época en que el italiano Arrigo Sacchi, entrenador del equipo madrileño, declaró que no había sitio para él en la cancha. En Brasil le dieron ese sitio, y Juninho logró recuperar la gloria perdida. Es verdad que Juninho jamás ocupó el espacio reservado a los grandes ídolos del fútbol brasileño. Pero también es verdad que a lo largo de su carrera jamás dejó de impresionar, de ser admirado y respetado. Todavía persiste en la memoria de los aficionados la noche de 1995, cuando el pequeño jugador disputó dos partidos en una misma jornada.
La realidad es que desde el principio de su carrera como profesional, al inicio de los años 90, Juninho siempre ha nadado a contracorriente. El primer club donde se presentó, el pequeño Juventus de São Paulo, prescindió del jugador, por considerarlo demasiado frágil. A los pocos meses fue descubierto por el São Paulo, el equipo de Raí, y en dos temporadas acaparó la admiración de la hinchada. En el año 1995, cuando se fue al Middlesbrough, fue recibido por una pequeña multitud -cinco mil personas- y elegido el mejor extranjero de la Premier League.
A los 27 años de edad, saberse querido por la hinchada es para él "un aliento especial". Es más o menos como revivir el apoyo que recibió cuando sufrió una fractura grave en la pierna izquierda, luego de una durísima entrada de Míchel Salgado, por entonces jugador del Celta. Mientras se sometía a un difícil tratamiento médico, el jugador fue blanco de incensantes manifestaciones de apoyo. En su regreso a las canchas pudo encontrarse otra vez con la fervorosa hinchada del Middlesbrough, en septiembre del año pasado. Pero Juninho dice que nada es comparable a lo que siente ahora, jugando otra vez en Brasil. Su resurrección le viene como anillo al dedo a un Atlético que, ante su falta de liquidez, quiere sacarse un buen dinero en diciembre con su traspaso.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.