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El Supremo de Florida deniega la petición para bloquear el recuento manual de votos

El Tribunal Supremo de Florida denegó ayer una petición de las autoridades de ese Estado, suscrita por el propio candidato republicano, George W. Bush, para bloquear el recuento manual de votos en varios condados. Los magistrados fallaron también en contra de la fusión de todas las demandas republicanas, y dejaron a discreción de la secretaria de Estado, la republicana Katherine Harris, los plazos para finalizar los recuentos. Harris, a las tres de la madrugada de hoy, se negó a aceptar los recuentos manuales de los condados de Palm Beach, Miami Dade y Broward, lo que tensiona el caso.

Ante la decisión del Supremo de Florida, el Partido Republicano apeló a los tribunales federales solicitando que declaren inconstitucional la ley electoral de Florida. Dado que que la mayoría de los juristas creen remota la posibilidad de que prospere esa apelación, el fin de la batalla por la Casa Blanca queda en manos de los jueces. Sólo en Florida hay 30 demandas sin resolver. Los magistrados del Supremo de Florida dejaron pendiente para hoy otra demanda clave de la junta electotral de Palm Beach en la que se deberán pronunciar sobre qué autoridad estatal tiene la última palabra para decidir en los escrutinios, si la secretaria Harris, republicana, o el fiscal general Bob Butterworth, demócrata. El caso abre otro frente de incertidumbre.

El rumbo que toda esta maraña político-judicial puede tomar es incierto, pero gran parte de los juristas que ayer opinaban tras conocer el fallo del Supremo, apuntaban a que el caso o bien acabe en el Supremo de Estados Unidos, o se dirima pedazo a pedazo en los tribunales estatales de Florida, que tienen ante sí multitud de demandas y contrademandas por resolver. Pero a diferencia de hace dos días, los jueces estatales ahora tienen como guía de jurisprudencia la opinión del Supremo, aclarando que los recuentos sí son "constitucionales". La decisión del Supremo se produjo a últimas horas de la noche, pero a lo largo del día, el embrollo de acusaciones de uno y otro lado, de querellas y de actuaciones contradictorias siguió complicándose. Los funcionarios de la juntas electorales, confundidos por el contradictorio proceso legal, quitaban y ponían en marcha el recuento manual. La situación, saltaba por momentos de lo solemne a lo surrealista. Por ejemplo en Palm Beach, se libró una batalla campal -iniciada por los republicanos ante un juez local- sobre las "perforaciones preñadas" en la papeleta mariposa (referidas a las barrigas que tenían algunos círculos de las papeletas que no llegaron a ser completamente perforados). El juez Jorge Labarga acabó fallando que la junta electoral debía decidir sus propias reglas sobre las perforaciones válidas y las inválidas.

Tras conocer el fallo del Supremo, el condado de Palm Beach y el de Broward decidieron retomar los recuentos de todos los sufragios, a pesar de no tener un plazo definido. Si la secretaria de Estado decidiera ahora alargar el plazo hasta el viernes, a los condados no les daría tiempo a completar la revisión manual. Palm Beach tiene 425.000 papeletas que contar, Broward 588.000 y Miami Dade más de 700.000. Cada hora que se ha retrasado el proceso por las maniobras jurídicas ha sido una victoria para la estrategia republicana.

El principal abogado de Al Gore, David Boies, describió las tácticas del equipo de George W. Bush como "un juego para dilatar el recuento manual y después cerrar la cortina", refiriéndose a la discreccionalidad que sigue en las manos de la secretaria Harris, de desechar los recuentos manuales y certificar los resultados finales con las cifras preliminares entregadas el martes, que dan a Bush una ventaja de 300 votos. El escrutinio sólo quedaría pendiente de los sufragios por correo que tienen de plazo hasta el viernes, y que según todos los indicios favorecerían también a Bush.

Harris dió ayer por la mañana un giro de 180 grados a sus declaraciones de la noche anterior -en las que dijo que revisaría las solicitudes de recuento fuera de plazo, pero sin comprometerse a aceptarlas-, y presentó una demanda al Tribunal Supremo pidiendo que anulara los recuentos. Horas más tardes, el propio Bush suscribió con su firma esa acción legal de la secretaria de Estado. "La tabulación inicial y el posterior recuento me dieron una mayoría de votos", esgrimió en su demanda anexa el candidato republicano. Según la ley de Florida, para el "escrutinio oficial" hay tiempo hasta el 12 de diciembre. Y el 18 de diciembre la junta de electores del Estado que es la que otorga los 25 votos electorales a un candidato se reúne con el resto de las juntas de todo el país.

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