Incendios forestales

El pasado sábado EL PAÍS publicó unas declaraciones en las que un profesor de Geografía de la Universidad de Barcelona, instaba a actuar "con urgencia" después de producirse un incendio forestal mediante repoblaciones y otras iniciativas para paliar los efectos de la erosión. La base argumental de dichas declaraciones eran el importante riesgo de erosión que tienen nuestros suelos tanto por los efectos de los incendios forestales en los mismos, como por la torrencialidad de las lluvias otoñales. Aun estando de acuerdo con las premisas de su razonamiento, me parece injustificado y alarmante el deducir de ellas que "la demora en las repoblaciones de suelos quemados reduce su eficacia y aumenta el riesgo de erosión". Como se ha repetido insistentemente desde distintos foros científicos y técnicos de la Comunidad Valenciana y de Cataluña (CIDE, CEAM y CREAF), la fragilidad de los suelos tras el paso de los incendios nos debe de llevar precisamente a ser extremadamente cautos. El trasiego de personas y máquinas cuando el suelo está recién quemado lo compacta y acaba de destruir la estructura de la capa superficial, de cuyo estado precisamente depende su grado de resistencia al golpeteo y arrastre de las lluvias. Sólo en algunos casos se recomienda la actuación inmediata mediante siembras aéreas y aplicaciones puntuales de capas protectoras.Las medidas de repoblación y actuación que tengan un impacto potencial negativo para el suelo se aconsejan hacer precisamente un tiempo después, cuando el sistema ha demostrado su incapacidad de recuperarse del incendio o los gestores se plantean modificar la composición de especies en la zona afectada o aumentar su cobertura.

En otra parte de la misma noticia el mencionado profesor declara que "el número de incendios (en esta zona del Mediterráneo) se ha reducido en los últimos años respecto a épocas anteriores, pero paradójicamente ahora la extensión de terreno quemada en cada siniestro es mayor". No sé cuales son los datos que maneja, pero los datos de la propia Consejería de Medio Ambiente apuntan precisamente a lo contrario.

Entiendo que aunque es difícil contrastar las opiniones de expertos científicos, se debería hacer un esfuerzo en esa dirección cuando la noticia induce a actuar en un sentido distinto al que otros científicos han dicho en los mismos medios.- .