Pau Vidal publica un manual humorístico contra la paternidad

El parevostre, primer título de la nueva etapa de Editorial la Magrana, es un libro de humor que lleva el siguiente subtítulo: Manual per combatre la descendència. Su autor, el periodista Pau Vidal (Barcelona, 1967), confiesa que ésta era su intención exacta al escribirlo. "Estaba harto de encontrarme con un ambiente cada vez más hostil de gente que me preguntaba por qué no tengo hijos", afirma. "Como si lo normal fuera tenerlos. Me propuse realizar una investigación periodística y vi que las mujeres sienten el llamado reloj biológico, pero los hombres no, aunque acaban cediendo".

Pau Vidal, que ejerce de periodista cultural en EL PAÍS y es autor del crucigrama en catalán de este diario, ha escrito este libro hilarante pensando sobre todo en los hombres y lo abre con un padrenuestro posmoderno en el que, entre otras cosas, dice: "No permeteu que un mal dia caiguem en procreació, ans deslliureu-nos del rastre filial". A continuación trata con humor de esos padres jóvenes que tienen que renunciar a ir al cine por culpa de los niños o que salen de excursión el fin de semana para complacer al rey de la casa y se ven obligados a aguantar sus berrinches y sus exigencias gastronómicas basadas en la dieta de las chuches. También describe Vidal los peligros colaterales de la paternidad y hasta propone un parque temático a la manera de Port Aventura, Porta Criatura, con cursillos acelerados de cambio de pañales y otros ejercicios destinados a acabar con la paciencia de los futuros padres."La mayoría de los padres jóvenes me intentan convencer de que han tenido hijos porque han querido, pero yo sé que no es así", dice Vidal. "Por otra parte, me hace reír ese esfuerzo que hacen para tratar de convencerme de que tener hijos es lo mejor que puede pasarte en el mundo. Y lo divertido es que te lo dicen con aspecto cansado y con unas ojeras de palmo tras pasar la noche en blanco...".

"La maternidad no sé si existe, pero la paternidad seguro que no", continúa Vidal. "Sin embargo, en los últimos tiempos una de las manifestaciones exasperantes de la corrección política consiste en hacernos creer que el hijo es cosa de la madre y del padre al 50%". Vidal, separado y sin hijos, confiesa que tras escribir este libro se siente "como si ya hubiera tenido un hijo". Lo de plantar un árbol, por otra parte, lo considera tan prescindible como lo del hijo. "Citaré la autoridad de Quim Monzó", dice, "que publicó el libro No plantaré cap arbre. Y yo añadiría: "I no plantaré cap llavor".

Lamenta Pau Vidal que "el humor catalán es en los últimos tiempos prácticamente inexistente". "Después del Grupo de Sabadell, de Trabal y compañía, el catalán contemporáneo parece ser alérgico al humor", añade. Al citarle varios programas de humor de radio y televisión que se emiten en la actualidad, puntualiza: "El humor que circula es tan autocomplaciente que no es humor. Es parodieta. El humor que no tiene una crítica detrás no es humor. Es tan sólo un chiste".

Al repasar algunos libros de éxito en los últimos tiempos en los que se hace un elogio de la paternidad -léase las obras de Joan Barril, Vicenç Villatoro y Carles Capdevila-, señala Vidal: "Han vendido la paternidad desde el punto de vista positivo. Aprovechan algo tan banal como es ser padre para escribir sus libros. Faltaba, creo yo, el punto de vista del que no quiere ser padre. Sé, por supuesto, que los otros serán los escritores simpáticos y que el que abomine de la paternidad nunca lo será, pero qué le vamos a hacer. Parece que no hay debate posible".

El libro de Vidal termina con una revisión del cuento del Flautista de Hamelín, con niños incluidos, por supuesto, y con dos listas un tanto tendenciosas. Por un lado, en la de personajes ilustres que han tenido hijos, se encuentran Franco, los padres de Franco, los padres de Fraga, Aznar, José Luis Núñez, Jesulín de Ubrique y Manolo Escobar. La otra lista está dedicada a quienes no han procreado: Dalí, Jordi Llovet, Jesús Moncada, Almodóvar, Moustaki, Quino..., en la que el autor se incluye: "Y un servidor (de momento)".