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Los rivales de CDC creen que no ha resuelto sus problemas

Enric Company

Decepción de ERC

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Soberanistas y moderados, satisfechos con el reparto de poder en la ejecutiva de Convergència

Los demás partidos catalanes juzgaron ayer severamente el congreso de Convergència Democràtica (CDC). Todos coincidieron en señalar que no ha despejado las incógnitas acerca del futuro del partido de Jordi Pujol. El primer secretario del PSC, José Montilla, afirmó que el nuevo secretario general convergente, Artur Mas, no se ha ganado todavía la plaza como sucesor de Pujol, ni en el partido ni como aspirante a candidato de Convergència i Unió (CiU) a la presidencia de la Generalitat. "Tiene un contrato temporal", dijo, "y según digan los sondeos se verá si es o no candidato a la presidencia de la Generalitat".Por lo demás, tanto los socialistas como los demás partidos señalaron que el congreso convergente no ha resuelto la contradicción entre unas bases que prefieren formar un bloque nacionalista con Esquerra Republicana (ERC) y una dirección que gobierna en Cataluña con el PP y apoya al Gobierno de Aznar en las Cortes. El más interesado en aclarar pronto si va a haber cambios es el presidente del PP catalán, Alberto Fernández Díaz. Mañana preguntará directamente a Pujol, en la sesión de control parlamentario, si piensa trasladar a la política del Gobierno catalán los acuerdos del congreso de CDC en favor de una alianza con ERC. Ayer, no obstante, Fernández expresó su confianza en que el Gobierno catalán "ponga fin a esta dualidad y actúe sin pensar en su congreso".

La mayor decepción se la ha llevado ERC. Su secretario general, Josep Lluís Carod, sostuvo, como Montilla, que el congreso "no ha aportado nada". Carod acusó a los convergentes de practicar un "nacionalismo de postal" y un "catalanismo de estampita" que no se concretan en nada.Los republicanos consideran que el congreso no hizo más que ratificar "el discurso de siempre", que a su juicio ya no tiene credibilidad. Carod recordó que CDC lleva 20 años diciendo que si no hay una "interpretación positiva" de la Constitución pedirá su reforma. Y concluyó: "A estas alturas ya nadie cree que tengan la intención de hacerlo".

Carod no ocultó que le había sentado muy mal que los oradores del congreso de CDC eludieran saludarles a él y al representante del PP en la sesión de clausura para evitar que los congresistas pudieran repartir aplausos y silbidos para manifestar sus simpatías y antipatías políticas. "A nosotros nos gustaría que se dejen de ambigüedades y que, de una puñetera vez, nos digan adónde quieren llegar".

También el presidente de Iniciativa-Verds, Rafael Ribó, criticó que Convergència haya preferido mantener "el discurso ambiguo" que, a su juicio, es ya característico de la formación.

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