Televisión y vergüenza
Ésta es una carta dirigida a todos los que colaboran en hacer que este país "vaya bien". Estoy ofendido. Me ofenden todos esos programas que en nuestra sacrosanta televisión (ya sea privada o pública, que es peor) se empeñan en darnos y ocupar una muy importante parte de su tiempo de emisión con cotilleos sobre otras personas, espectáculos tan difícilmente tragables como Tamara & company, calumnias, insultos, etcétera. Como periodista, me imagino que todos los que trabajamos en la información nos hemos olvidado de algo fundamental que aprendimos en la Universidad: que toda información debe tener una mínima capacidad educativa. ¡Qué es lo que estamos haciendo! Basura les damos, basura para que se rían de sus semejantes, para subir las audiencias, para ganar más dinero, sin importarnos que nuestros hijos, nuestros nietos, vean y se eduquen con esas imágenes, esos vocabularios de tan bajo nivel. ¿Qué es lo que tiene gracia? No encuentro nada de gracioso cuando ves gente que se insulta, se degrada de esa manera por unos malditos duros, y, lo peor de todo, profesionales que se llaman periodistas que los utilizan para el "bien" de sus empresas. Europa siempre presumió ante EE UU de por lo menos ser la cuna de una cultura milenaria, la filosofía griega, el Renacimiento italiano, la Revolución Francesa, la Ilustración, la Edad de Oro, la revolución industrial, etcétera; hoy son palabras con un contenido casi olvidado; aprendemos rápidamente todo lo malo del capitalismo americano, pero ni tenemos sus recursos económicos ni su mentalidad práctica.
Sólo pido que pongan algo más de imaginación en su trabajo, algo más de alma en sus proyectos, para que no nos avergoncemos delante de nuestros hijos.- Francisco González. Madrid.
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