_
_
_
_
Reportaje:

Guerra al griterío y a la gesticulación

El centro de derivados más antiguo del mundo, situado en Chicago, pone a prueba un sistema electrónico

El griterío, las carreras, los visajes, los signos con las manos y el arco iris de chaquetas sigue siendo la nota característica del Chicago Board of Trade (CBOT). Pero este mercado de futuros, con 152 años de vida, muy bien podría estar recorriendo la recta final de un sistema de transacciones basado en el frenesí y el grito a voz en cuello en los distintos corros. No será cuestión de meses, pero no pocos veteranos se ven como los últimos representantes de un viejo modo de hacer las cosas, mientras en el parqué crece el número de quienes siguen cursos de informática para hacer frente al futuro en un Chicago que dio al mundo el concepto del mercado de futuros.El CBOT acaba de dar, con aprensión, su tercer salto en doce años a la cotización electrónica y se ha asociado con el Eurex, el mercado de futuros estrictamente electrónico nacido hace dos años en Alemania, que el año pasado le robó el título de líder mundial del mercado de derivados. En la noche del domingo 27 de agosto, contratos del Tesoro norteamericano y futuros de granos empezaron a ser negociados en la nueva plataforma. "Es la transición del corro a la electrónica", comentaba un agente que lleva 16 años trabajando en granos. "La gente está eufórica. Ahí hay mucho futuro".

El nuevo sistema, en el que podría llegar a efectuarse en cuestión de pocos años todo el negocio del CBOT, introduce modificaciones en el que se venía usando, el llamado Proyect A, también electrónico, pero con poca ambición: apenas cubría un 5% de las transacciones en un entorno febrilmente resistente al cambio. Los márgenes de operación han sido ampliados (el maíz, por ejemplo, tendrá una franja de fluctuación de más/menos 20 centavos, frente a los 12 que regían hasta ahora) lo que incrementa el riesgo y hace más caras las operaciones de los agricultores que compran y venden para protegerse contra la volatilidad de precios.

En esas condiciones, el Eurex da más aire a los grandes especuladores y aunque permite a Chicago entrar en el mercado alemán, le deja fuera durante seis horas cada día del mercado de Tokio, al cerrar desde las 16 a las 22 horas para consolidar todas las operaciones de día. Los inversores e intermediarios japoneses no podrán acceder al mercado de los bonos del Tesoro norteamericano en su jornada matutina.

Problemas técnicos y ajustes psicológicos aparte, la reconversión del grito al silencio de la electrónica es inevitable si se contempla lo que ha pasado en Europa, donde el londinense Liffe, que hace muy pocos años era el mayor del continente, tuvo que pasarse a la transacción electrónica para poder sobrevivir, tras inicialmente negarse a ello y casi dejar la vida en el empeño.

El parqué financiero del CBOT, donde se especula con lo que Alan Greenspan pueda hacer con el precio del dinero en una determinada fecha, está más automatizado, pero las transacciones en mercado de derivados son novecentistas.

El descomunal parqué abocado a la desaparición, con sus numerosos corros octogonales, es complemente nuevo y su misma existencia, testigo de la lucha contra el cambio. Fue renovado hace tres años al precio de 182 millones de dólares (más de 35.000 millones de pesetas) en la convicción de la perdurabilidad del viejo sistema. De aquellas obras de reforma hay deudas pendientes de más de 87 millones de dólares, que deben de pagar todos los miembros del mercado. Esas cargas, y hasta las dudas que a algunos embargan sobre el futuro del CBOT, han hecho que el pago por el derecho a negociar en el mercado a orillas del lago Michigan haya caído hasta los 328.000 dólares, el precio más bajo abonado desde 1992, casi el 40% del récord de 857.000 dólares entregado hace apenas tres años por ser miembro del CBOT. Los veteranos, con la perspectiva de los años, no dan mayor importancia a esta caída y lo atribuyen a caprichos cíclicos, mientras que los más jóvenes y más frustrados lo atribuyen a los problemas que asedian al CBOT, de llegar tarde y adaptarse a las nuevas tecnologías, y de conflicto con los otros mercados rivales en Chicago.

Les Rosenthal, antiguo responsable del CBOT, cree que el mercado erró al construir un nuevo parqué, erró al no crear una nueva tecnología propia y erró al no aliarse con el Chicago Board of Options Exchange (CBOE) y con el Chicago Mercantile Exchange (Merc), con los que comparte intereses y negocios. Además, el CBOT y el CBOE están a la greña judicial por los derechos de actuación en éste que quieren conservar los miembros de aquél aun con el nuevo sistema de transacción electrónica. "Es cuestión de vida o muerte y lo están haciendo todo mal", decía recientemente Rosenthal. "Lo elemental es que el Merc, el CBOE y el CBOT se hubieran aliado. Pero han preferido establecer alianzas en el extranjero en vez de hacerlas con el vecino de enfrente. Han decido ir cada uno por su lado y todos van a acabar desapareciendo".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_