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La textil Puigneró busca ayudas públicas tras suspender pagos con deudas de 24.500 millones

La empresa Hilados y Tejidos Puigneró busca ayudas de Hacienda y de la Seguridad Social tras presentar ayer suspensión de pagos en el juzgado de Vic (Osona) con unas deudas de 24. 466 millones de pesetas. La empresa debe 20.000 millones de pesetas a Hacienda, la Seguridad Social y el banco público ICO. Con la suspensión de pagos, Puigneró busca mejorar su liquidez y el perdón de una parte de la deuda, algo que sólo es posible abordar tras la medida tomada ayer. La empresa, creada por José Puigneró en 1956, ya superó en 1983 otra suspensión de pagos.

Los rumores sobre la posible suspensión de pagos de la empresa se confirmaron ayer cuando el bufete de Miquel Roca Junyent ultimó los informes presentados ante el juez.Las deudas a los proveedores superan los 4.000 millones y se deben 67 millones a la plantilla. Pere Puntí, director general de la empresa definió ayer la suspensión como "la única forma de supervivencia de la empresa". El director confirmó que se ultima un expediente para rescindir entre 300 y 400 contratos. Tras esta medida la plantilla de la empresa sería de 1.240 personas. La empresa tiene tres plantas en los municipios de Roda de Ter, Sant Bartomeu del Grau y Prats del Lluçanès (Osona).

La deudas a Hacienda y a la Seguridad Social son la "auténtica losa que no cesa de crecer y que ha sido la que ha ahogado completamente a la empresa", según reconoció el director general, Pere Puntí. La deuda con la Generalitat ronda los 150 millones de pesetas.

Puntí señaló que "si no se hubiese presentado la suspensión de pagos, a finales de año la deuda se habría incrementado en 1.000 millones".

El director general, que asumió el cargo hace tan sólo un mes y medio, quiso transmitir ayer un mensaje de tranquilidad, puntualizando que "una suspensión de pagos se puede ver desde muchos ángulos. Para nosotros, representa la única forma de supervivencia de la empresa y, además, un empezar de cero".

Por su parte, el consejero de Industria, Antoni Subirà, declaró que "la Generalitat no está cerrada a ayudar si la suspensión puede salvar la empresa".

La causa principal de la crisis de la empresa es que ha perdido competitividad en la actividad de hilados y tejidos por las importaciones asiáticas a bajo precio. La empresa cerrará ahora parte de sus instalaciones dedicadas a esta actividad y potenciará la confección de prendas, creando una nueva marca para la producción de sábanas, manteles y cortinas, apartado en el que cree que tiene más futuro, según el plan del nuevo director general.

La facturación ha ido descendiendo en los últimos años. De los 24.000 millones de 1991 se ha pasado a los 17.000 actuales. La previsión es facturar 15.000 millones el año próximo. Puigneró espera cerrar este año con unas pérdidas mínimas de 400 millones.

Puigneró necesita 1.000 millones de pesetas para poder arrancar de nuevo la producción, afirman fuentes de la empresa. "Tenemos una cartera de pedidos de 4.000 millones de pesetas y necesitamos esta inyección de fondos", añaden estas fuentes.

En referencia a la liquidez necesaria para reflotar la empresa y a una posible ayuda de la administración, Puntí declaró que "como ciudadano, creo que sería injusto que se aplicasen favoritismos a la empresa". Puntí añadió que "sería lícito que se nos diese una ayuda temporal".

El fundador de la empresa, José Puigneró, fue el primer empresario que ingresó en prisión en España por delito ecológico hace cinco años. Fuentes próximas a la empresa dicen que el fundador se mantiene ahora apartado de la gestión y ha cedido poderes a su hijo José Puigneró Corominas, que actúa como administrador de la empresa.

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