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¿Quién será el segundo?

Tiger Woods, máximo favorito para ganar en Valderrama el último torneo de golf del año

Carlos Arribas

Sergio Gómez, el extraordinario apoderado de José María Olazábal, cogió un hierro. Antes había proclamado: "Es imposible que Tiger Woods pase la barrera de los 10 millones de dólares porque el segundo en Valderrama sólo se lleva 500.000, y él necesita un millón. Estando Olazábal en liza, Tiger sólo puede luchar por ser segundo". Ja, ja, ja. "No pongáis esto, que luego me llaman fantasma y me crujen. Pero yo lo creo". Y para demostrarlo, allí, en el campo de prácticas del mejor campo de golf de España y, quizás, de toda Europa, detrás de la fila de jugadores que metódicamente golpeaban sin parar bolas con todo tipo de palos, Sergio Gómez, un sabio del golf, cogió un hierro de su representado. "¿Ves esta pequeña mancha negra?", dijo, señalando con el dedo una zona en la cara del palo, un tono más oscuro, casi negro, del tamaño de una moneda de 500, la sombra del golpe, textura delicada sobre el duro metal. "Esto es lo que hace a un jugador grande. Esta es la sombra no de un golpe, sino de miles y miles, siempre en el mismo punto".El golf es precisión. El golf es también sensibilidad. Cadencia y ritmo. Los golfistas se entrenan con un driver pesado como una vaca, dos kilos de hierro. Los movimientos se frenan. Las caderas se mueven a cámara lenta. Los brazos se dejan llevar por el impulso: eso es swing. Es el movimiento, el impulso, lo que da la fuerza. Un día Olazábal cogió dos putters exactamente iguales, en teoría. Uno con la mano izquierda, el otro con la derecha. Los sopesó. "No, no son iguales", dijo. "Éste pesa más". Se los cambió de mano varias veces y se mantuvo en que no pesaban lo mismo sin equivocarse de palo. Fueron a una farmacia. Balanza de precisión. Un palo pesaba 310 gramos; el otro, 311 gramos. Sensibilidad. Golf: las maderas no se lijan con papel de lija, sino con papel higiénico, con suavidad horas y horas.

Golf. Inspiración y talento. Miguel Ángel Jiménez. Ojos turbios. Nariz tapada. Dieta de redoxón y aspirina. "No se me va el catarro". Jiménez quiere que le vuelva su ser, volver a ser el Jiménez que hace un año hizo temblar al Tigre, sentirse fuerte en el campo de golf. Dominar la bola. "Y cuando me ponga delante de ella, en medio de la calle y empiece a apuntar a un sitio seguro del green, notaré cómo, sin yo quererlo casi, empezaré a girar la cara y yo mismo y terminaré apuntando a la bandera. Aunque sepa que es peligroso". Golf: riesgo. Sergio García compartía hace un año los carteles con un Tiger Woods que en 2000 existe por sí solo, que no necesita un duelista para justificarse. Sergio García en 2000, su segundo año en el circuito, ha sufrido. "Pero tampoco es para tanto". El Niño de Castellón ha estado unos días sin su padre, que busca en Florida clasificarse para la escuela del circuito senior americano. "Pero me puedo entrenar sin él. Soy un tipo que tiene el feeling de lo que hace. Puedo corregir mis errores en el swing simplemente por las sensaciones que noto al moverme". Golf: sensaciones.

Olazábal anda también errático: malo para un campo como Valderrama, de calles estrechas, que premia la exactitud. Jiménez tose y se siente flojo. Sergio García se busca: malo para un campo como Valderrama que exige certidumbres. Tiger Woods está perfecto. Lanza la bola recta y larga desde el tee; acaricia la bola con los hierros, dibuja su parábola, la mueve de un lado al otro; luego coge el putter y avanza decidido: golpea fuerte y sin miedo. Está lanzado. Sensaciones, inspiración, talento, sensibilidad, precisión, cadencia, ritmo... Fuerza. El campo es más largo que hace un año: bueno para el Tigre. Al hoyo 17º le han limado la pendiente: bueno para el Tigre. También sus hierros tienen la sombra de una moneda en el centro de la cara.

En todos los rincones, entre el aire que golpea los alcornoques de la finca de Valderrama y siembra la hierba de bellotas, sólo se oye una pregunta, la pregunta que también se ha oído sin cesar en los otros 19 torneos en que ha participado Tiger Woods este año: ¿quién será segundo?

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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