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Menta se compromete a cumplir los plazos del cable pese al actual retraso

El operador Cable i Televisió de Catalunya (CTC), conocido por su denominación comercial Menta, admitió ayer ante el Parlament que el despliegue de cable, así como la cifra de abonados, "va por detrás" de los planes previstos. Aun así, Menta se comprometió a cumplir con sus compromisos de despliegue e inversiones. Ante las insistentes preguntas de los diputados, el director general de la empresa, Salvador Martí, defendió el cable frente a las tecnologías alternativas que también permiten las comunicaciones de banda ancha.

"No podemos confundir las tecnologías que vayan saliendo con las infraestructuras que estamos desplegando. Si tenemos la red de cable extendida, podremos ponerle después la tecnología que queramos". Así defendió ayer su negocio Salvador Martí ante los diputados de la comisión para la Sociedad de la Información.Los parlamentarios de los distintos grupos políticos inquirieron reiteradamente a Martí sobre el impacto que las nuevas tecnologías pueden tener en el despliegue del cable, sobre todo después de que el Gobierno de la Generalitat haya concluido un acuerdo con Telefónica que apuesta por una tecnología alternativa llamada ADSL.

Esta tecnología, que parte de la base del aprovechamiento de la red ya existente, permite también las comunicaciones de banda ancha, aunque los expertos dejan claro que la capacidad de transmisión de información y de velocidad de esta transmisión es inferior a la que permite el cable.

El Gobierno catalán está apostando por esta tecnología y también por las inalámbricas, como la telefonía móvil de tercera generación (UMTS), en lo que fuentes del sector consideran "una forma de poder decir que se cumple con el calendario previsto".

El Pla Estratègic per a la Societat de la Informació Catalunya en Xarxa prevé la llegada de las comunicaciones de banda ancha a todas las comarcas catalanas para el año próximo. El operador al-pi telecomunicacions, controlado por Uni2, asumió este compromiso, aunque ya ha admitido que no podrá cumplirlo (véase información adjunta). Menta se tomó más tiempo.

El director general de esta última empresa, que cuando obtuvo la adjudicación en octubre de 1997 estaba destinada a ser durante un lustro el segundo operador de cable y la única alternativa al monopolio de Telefónica, aseguró ayer ante los diputados que el cable no llegará a todas las comarcas catalanas hasta el año 2003. El primer plazo que deberá cumplir Menta es el cableado de una de las tres demarcaciones en que se dividió Cataluña para el despliegue de la red, la de Barcelona, en 2002.

Martí renovó también sus compromisos de inversión. Menta ya ha desembolsado 50.000 millones de pesetas para extender su red de fibra óptica. El compromiso preveía que en tres años la inversión ascendiera a 48.000 millones; en cinco, a 96.000 y en diez, a 160.000.

Nuevas reglas de juego

Martí no ocultó ante los diputados su frustración por "el cambio de las reglas de juego" producido en el sector de las telecomunicaciones, liberalizadas en 1998. El hecho de que España decidiera no utilizar el periodo transitorio previsto para la apertura de este mercado y la consiguiente "liberalización brutal" han dado lugar a un nuevo escenario con el que Menta no contaba cuando obtuvo la concesión del servicio público de telecomunicaciones por cable, en 1997. "No es igual comprometer inversiones cuando se aspira a ser el segundo operador de telefonía [que hoy supone tres cuartas partes de su negocio] a ser uno de tantos entre ocho o más", lamentó Martí. El director general aseguró que Menta cuenta con 156.584 unidades activadas (clientes potenciales a los que ya puede dar servicio), pero no quiso desvelar cuántos de ellos se han abonado. Admitió sin embargo que la cifra era inferior a las "muy optimistas" estimaciones realizadas durante los tres primeros meses en que la empresa empezó a operar, a finales de 1999.

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