El fútbol premia al Villarreal
El equipo de Víctor Muñoz juega con más ambición y vence al Deportivo en el últimominuto
El Villarreal obtuvo premio a su ambición. A su voluntad de jugar bien al fútbol. De trasladar el balón por el suelo. De moverlo con agilidad. De perseverar en el buen gusto hasta el último instante en un partido en que siempre fue por detrás en el marcador. No por nada, sino por la efectividad que desprendía el Deportivo, que se dedicó a defenderse y a sacar mucho jugo de sus escasas aproximaciones. Porque el único que quiso ganar el partido ayer en El Madrigal fue el Villarreal, que masticó el encuentro hasta el último suspiro. Sin desmayo. Y en el equipo de Víctor Muñoz, dos hombres por encima del resto. El centrocampista Diego Cagna, que sacó fuerzas de no se sabe dónde para fabricar la última ocasión de gol, en el minuto 93: un magnífico centro al área que remachó el cazagoles Moisés. Y, por supuesto, Víctor, el menudo delantero que llegó del Valladolid para dotar al Villarreal de un indudable talento. Todas sus apariciones fueron anuncios de gol. Marcó dos y dio el tercero.El Deportivo, por contra, sólo estuvo a la altura de su prestigio en el primer cuarto de hora. Cuando mostró a una pareja llena de arte: el andaluz Tristán y el brasileño Djalminha, dos tipos con la misma sensibilidad. Así es como surgió el primer gol deportivista. Un pase raso en profundidad de Manuel Pablo que Tristán dejó pasar con un túnel que interpretó perfectamente Djalminha. El brasileño tocó de puntera y burló la salida de López Vallejo.
VILLARREAL 3-DEPORTIVO 2
Villarreal: López Vallejo; Galván (Xavi Roca, m. 64), Quique Álvarez (Berruet, m. 74), Unai, Arruabarrena; Escoda, Amor, Cagna, Calleja; Víctor y Marioni (Moisés, m. 71).Deportivo: Molina; Manuel Pablo, Helder, Donato, Romero; Víctor (Makaay, m. 89), Sampaio, Mauro Silva, Fernando; Djalminha (Scalloni, m. 37); y Tristán (Pandiani, m. 57). Goles: 0-1. M. 10. Pase en profundidad de Manuel Pablo que deja pasar Tristán y Djalminha toca a gol ante la salida de López Vallejo. 1-1. M. 41. Víctor controla en la media luna y dispara alto y colocado. 1-2. M. 67. Mauro Silva lanza un gran pase largo a Pandiani y éste, rozando el fuera de juego, marca con la izquierda. 2-2. M. 84. Víctor dispara cruzado desde la esquina del área. 3-2. M. 93. Centro de Cagna, Víctor dispara y Moisés, cerca de la línea de gol, remacha. Árbitro: Llonch Andreu. Amonestó a Romero, Amor y Arruabarrena. Unos 16.000 espectadores en el estadio de El Madrigal.
El Villarreal siguió fiel al fútbol combinativo que le ha impregnado Víctor Muñoz, lo que es de agradecer. Eso sí, de nada le sirve la correcta circulación del balón si no cuenta con la participación de Víctor, su delantero clave. Y ayer contó. Firmó antes del descanso un gol de bandera: recibió la pelota en la luna del área y ahí, a poco que le dejen un metro para pensar, la suele colocar con facilidad en la escuadra del palo largo. Golpea de rosca el balón, que vuela describiendo un plátano imposible de atrapar para el guardameta de turno, en este caso Molina.
El empate del Villarreal puso las cosas en su sitio. El Deportivo se había echado a dormir después del tanto de Djalminha, queriendo vivir de la contundencia de su defensa. Entonces, con toda la segunda parte por delante y sin Djalminha en el campo sustituido supuestamente por alguna dolencia, el Deportivo interiorizó un papel secundario en el partido que prolongó hasta el final.
Mientras, el Villarreal se puso a jugar a toda pastilla, con una quinta velocidad que trataba de ser definitiva. Amor y Cagna se apoderaron completamente del círculo central hasta que, justo cuando peor estaba el conjunto de Irureta, Mauro Silva le dio la vuelta a la tortilla. El brasileño primero le arrebató la pelota a Escoda y después se la envió en un gran pase con el exterior del pie a Pandiani, quien, rozando el fuera de juego, batió a López Vallejo en un disparo en el que pudo hacer mucho más el meta local. El Villarreal se sintió maltratado por la fortuna y recurrió a Moisés para recuperar lo que era suyo. El gigantesco delantero reclamó un protagonismo mucho mayor en este equipo. Rompió una y otra vez la defensa deportivista. Y el fútbol acabó premiando al Villarreal.
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