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No al padre, sí al hijo

El multimillonario Ross Perot, que puso la zancadilla a Bush en 1992, apoya ahora a otro Bush para la Casa Blanca

Ross Perot, el multimillonario tejano cuya candidatura a la presidencia contribuyó decisivamente a la derrota del presidente George Bush en 1992, ha roto un silencio político de cuatro años con una apasionada defensa de la candidatura del hijo de su antiguo adversario, el republicano George W. Bush. "Es el mejor de los dos candidatos", dijo.Perot, que se gastó millones de su propio patrimonio hace ocho años para presentarse como candidato del Partido Reformista frente a Bush padre y Bill Clinton, aprovechó una intervención en el programa de Larry King en la CNN para apoyar la candidatura del gobernador de Tejas: "Es una cuestión de carácter. Hay una gran diferencia entre ser un legislador [Gore] y un jefe del Ejecutivo [Bush]".

Irónicamente, el partido fundado por Perot en 1992 está roto por disidencias y luchas internas, y en estas elecciones presenta un candidato, Pat Buchanan, periodista ultraconservador, que no cuenta con el respaldo del millonario tejano. Los casi veinte millones de votos conseguidos por Perot hace dos elecciones (un 18,9% del voto) arruinaron las esperanzas de reelección de Bush padre y fueron determinantes en la victoria de Clinton.

Perot se volvió a presentar de nuevo en 1996, pero sus resultados fueron decepcionantes, con un 8.5% de votantes. Desde entonces, el Partido Reformista ha cotizado a la baja, y su único éxito lo cosechó en 1998 con la inesperada victoria del ex luchador Jesse Ventura como gobernador de Minnesota. Una victoria que los analistas atribuyen más a la personalidad de Ventura -que, para sorpresa general, se ha revelado como un magnífico gobernador- que a la filosofía política del partido fundado por Perot.

Los analistas políticos consultados por la prensa estadounidense no creen que el apoyo de Perot al candidato republicano vaya a tener consecuencia alguna en la reñida recta final de la carrera presidencial. Sin embargo, sí puede ser interpretado por algunos indecisos como prueba de que Bush es capaz de extender su base extramuros de su partido.

La dureza de los ataques de Perot al padre del gobernador de Tejas en 1992 se han trasladado esta vez a Gore, cuya presencia en un templo budista durante la campaña de 1996, aparentemente para recaudar fondos, fue objeto de una crítica inmisericorde por parte del millonario.

Los intentos de romper el bipartidismo vigente en Estados Unidos, como los de Perot en 1992 y 1996, no son nuevos, y se remontan prácticamente a los primeros tiempos de la república. En época más reciente, los ejemplos más sonados fueron los del ex presidente Theodore Roosevelt, cuyo Partido Progresista del Alce (Bull Moose Party) obtuvo un 27% del voto popular en 1912 (el porcentaje más alto conseguido hasta el momento por un tercero en discordia), y del ex gobernador de Alabama George Wallace, cuya candidatura le costó la presidencia al demócrata y vicepresidente Hubert Humphrey en 1968 a manos de Richard Nixon.

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Los terceros partidos nacen, toman cuerpo e, inevitablemente, desaparecen después. Pero algo queda. Más pronto o más tarde, sus ideas fundacionales son incorporadas a los programas políticos de las dos grandes fundaciones.

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