El Gobierno denuncia una estrategia común de Ibarretxe y Arzalluz para la independencia
El Gobierno mantuvo ayer su política de desgaste contra el PNV y el lehendakari, Juan José Ibarretxe, a los que acusó de aplicar una estrategia común para la soberanía, y desbarató el objetivo del PSOE de incorporarles a la unidad democrática contra ETA. El Ejecutivo aprovechó unas declaraciones a favor de la independencia del líder del PNV, Xabier Arzalluz, y la prórroga de los presupuestos vascos, decidida por Ibarretxe -que intenta marcar diferencias políticas con Arzalluz-, para lanzar un duro ataque contra ambos dirigentes sin hacer distinciones.
El portavoz, que acusó al PNV y al Gobierno vasco de hacer coincidir en el tiempo su ofensiva independentista con la terrorista de ETA, cambió de táctica. No aprovechó la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros para reclamar a Ibarretxe el adelanto electoral. Ayer vinculó su resistencia a este anticipo, pese a estar en minoría parlamentaria, con las declaraciones de Arzalluz al diario italiano Il Sole 24 Ore, en las que defiende la independencia de Euskadi. Lo uno y lo otro obedece, según el ministro, a una "estrategia conjunta" del Gobierno vasco y del PNV para "deslegitimar las instituciones autonómicas".Cabanillas resumió dicha "estrategia conjunta" en dos líneas de actuación cuyo fin último sería "la independencia de Euskadi": el uso de las instituciones en su favor y la patrimonialización del futuro de Euskadi. El ministro, aunque se apoyó en las declaraciones de Arzalluz, incidió en los ataques a Ibarretxe, que trata de marcar en las últimas semanas una política institucional diferenciada de la del presidente del PNV, y a la que ha sido sensible el PSOE. Así trataba también de desbaratar el intento socialista de recuperar al PNV para la unidad democrática contra ETA y, con ello, de bloquear un eventual acercamiento entre ambos partidos tras las elecciones.
El ministro, tras señalar que las declaraciones de Arzalluz ratifican "la vigencia del Pacto de Estella y que Udalbiltza [Asamblea de Municipios Vascos] sigue ahí", vinculó esas palabras del líder del PNV con la "deslegitimación de las instituciones", de las que responsabilizó al lehendakari. Cabanillas puso como ejemplo la prórroga de los presupuestos vascos, decidida el martes por Ibarretxe. E insistió en el "desprecio que supone para el Parlamento mantener un Gobierno que ha perdido dos mociones de censura".
Como "uso electoralista" y de "patrimonialización" de las instituciones por Ibarretxe, el portavoz recordó la "contradicción del PNV", que celebra el Día del Estatuto mientras vota en contra en el Parlamento para que "ese día se conmemore como fiesta oficial".
Situó en el mismo paquete "electoralista" la manifestación convocada por Ibarretxe contra ETA hace dos semanas en Bilbao, y que fue apoyada por el PSOE. "El lehendakari ha trasladado su despacho a la calle y se dedica a contraprogramar las manifestaciones de los no nacionalistas", dijo en alusión a la celebrada un mes antes en San Sebastián por los no nacionalistas.
Para que no faltara nada, subrayó otro pasaje de las declaraciones de Arzalluz al diario italiano en el que afirmaba que la economía vasca "va bien" y negaba que hubiera vascos que se exilien. Cabanillas recordó a Arzalluz y a Ibarretxe: "Si hay algo claro es que la comunidad autónoma con menor crecimiento económico de todas es la vasca".
El ministro señaló, a modo de corolario: "Todo este tipo de actuaciones forman parte de una ofensiva política hacia la independencia y de desgaste de las instituciones autonómicas". Y añadió que "esta ofensiva coincide en el tiempo con la campaña terrorista de ETA".
Su decidido ataque contra Arzalluz e Ibarretxe tuvo otro efecto: el reproche al PSOE por su pretensión de incluir al PNV dentro de la unidad democrática contra ETA. "La actitud del PNV no lleva a la esperanza. No se puede buscar a un PNV que existió, pero que ya no existe".
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