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FÚTBOL Octava jornada de Liga

El Numancia castiga al Barça

El equipo soriano empata en el penúltimo minuto en el Camp Nou tras un mal partido

Ramon Besa

Y llegó Rubén Navarro, recogió un rechace de Arnau, que suplía ayer a Dutruel, y marcó. El Numancia, fiel a su tradición, le volvió a aguar la fiesta al Barça. Lo hizo hace cinco años con Cruyff, hace uno con Van Gaal (tres goles en 10 minutos) y ayer en el Camp Nou cuando el reloj estaba a punto de pararse. Los azulgrana se las prometían muy felices con los resultados del día para dar un salto en la tabla y acabaron de nuevo trasquilados.El Barça, negado ante el gol, quiso vivir del penalti que marcó Rivaldo, desperdició un ramillete de ocasiones y flirteó con el empate hasta que Rubén Navarro, a la tercera, no falló. El Camp Nou, muy decepcionado, cerró la noche con pitidos. Los azulgrana, muy inestables, viajan en una montaña rusa: empataron ante el Milan y el Leeds, ganaron al Real Madrid y han despilfarrado su crédito en cuatro días.

BARCELONA 1 NUMANCIA 1

Barcelona: Arnau; Puyol, Frank de Boer, Petit; Xavi, Cocu (Sergi, m. 84); Simão, Gerard (Iván de la Peña, m. 64), Luis Enrique; Rivaldo y Alfonso (Dani, m. 71).Numancia: Núñez; Manel, Diego Jaume (Pacheta, m. 43), Muñiz, Soria, David Pirri (Clavero, m. 49); Nagore, Marini (Rosu, m. 68); Iñaki, José Manuel; Rubén Navarro. Goles: 1-0. M. 46. David Pirri empuja a Alfonso en el área y el árbitro decreta penalti que transforma Rivaldo, pese a que la pelota pasa por debajo del cuerpo de Núñez, que adivinó el tiro. 1-1. M. 89. Tiro libre indirecto que lanza Pacheta, Arnau rechaza y Ruben Naravarro remacha a gol Árbitro: Prados García, andaluz. Mostró la tarjeta amarilla a David Pirri, Manel y Marini. Unos 60.000 espectadores en el Camp Nou. Diego Jaume tuvo que ser sustituido por un profundo corte en una pierna.

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Tras la derrota en Son Moix, Serra Ferrer cambió literalmente a medio equipo sin el menor éxito: al portero Dutruel, que estaba en el disparadero, por Arnau; quitó a Sergi y Abelardo en la zaga (Reiziger estaba enfermo) por el quejoso Frank de Boer y Petit y apostó por la movilidad de Gerard como media punta. La factura fue alta: Luis Enrique, un futbolista de enganche, quedó anulado como volante izquierdo. Fue un equipo inédito para una noche fría y desangelada, lejos de la pasión al límite de hace diez días ante el Madrid. El Camp Nou se reencontró así mismo y no debió gustarle lo que vio.

Espeso de ideas, sin clarividencia, falto de ritmo y de plan de juego, al Barça le costó mover el balón con rapidez y encontrar un resquicio ante tanta presión y tanta defensa. Anulada la banda izquierda, todo el juego basculó hacia la derecha para que Simão centrara en busca de un cabezazo de Rivaldo o Gerard, los dos hombres más incisivos de cara al gol. El peligro del Barça se distribuyó entre los tres. El brasileño pudo marcar pronto en una carrera a lo Ronaldo, pero fue derribado y el colegiado vio la falta fuera del área. La jugada irritó a la grada: quizá porque sabe que el Barça está peleado con el gol (dos en tres partidos). Todos los cabezazos de Rivaldo o los remates o carreras de Gerard no tuvieron éxito. El Numancia tampoco asustaba entonces: vivía de su solvencia defensiva y de los clásicos despistes en defensa, como una cesión de Frank de Boer a Arnau, aunque Iñaki envió el balón fuera. El partido llegó al descanso entre bostezos hasta que el árbitro lo despertó. Sólo habían pasado unos segundos cuando Rivaldo centró desde la banda y David Pirri, que había sufrido todo el partido con el marcaje a Simão, agarró a Alfonso y lo derribó. El penalti lo transformó Rivaldo, no sin suspense, porque el balón corrió ajustado al palo pasando por debajo del cuerpo de Núñez. El gol dio vida al Barça, que a partir de entonces, trianguló mejor y movió el balón con cierta rapidez. Hizo, en un momento, lo que no había hecho en largo rato. Xavi envió un balón al travesaño, Alfonso tuvo el segundo gol al alcance, otra vez Alfonso y Luis Enrique se estorbaron en un remate franco y a Rivaldo le faltó un palmo en una media vuelta para resolver.

Serra Ferrer cambió entonces a Gerard por Iván de la Peña, que no saltaba al césped del Camp Nou desde hacía un mes, para animar el juego ofensivo. Pero todas sus acciones de fantasía se perdieron en la nada y el Numancia dio un primer aviso: Iñaki corrió como una bala por la derecha, centró, Arnau despejó, el balón cayó a los pies de Rubén Navarro que chutó tan mal que el balón salió fuera de banda. Dos minutos después, se plantó solo en el área y tuvo el gol al alcance. Vio el Barça de cara el peligro del empate pero siguió con miopía ante la portería contraria: Núñez despejó un disparo a bocajarro de Iván y Xavi, solo, remató fuera.

Y llegaron entonces los minutos de la basura y Herrera, el técnico del Numancia, saltó de alegría cuando el árbitro señaló una falta al borde del área por una plancha de Puyol. Pacheta chutó, Arnau rechazó (la falta era directa pues el árbitro no levantó el brazo) y Rubén Navarro, a la tercera, recogió el rechace, marcó y envió al Barça a la depresión.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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