La resaca del éxito
El sevillano Álvaro Valera ha engordado su colección de medallas con un oro de Sidney en tenis de mesa
Álvaro Valera se levantó de su larga siesta para atender a la prensa. Unas horas antes sus amigos le habían llevado de juerga por toda Sevilla para celebrar. Y unas horas antes de eso aterrizaba en Madrid con una medalla de oro colgada al cuello que se ha traído de la tierra de los canguros. En las estanterías de su casa hay más copas que años tiene, tantas como días gloriosos le ha dado el tenis de mesa. Empezó con 10 años a darle a la paleta y a sus 18 ha conseguido su gran triunfo en los Juegos Paralímpicos de Sidney, en lo que se llama clase ocho, "que es para los que tienen una discapacidad en una o las dos piernas".Valera camina con alguna dificultad pero con las paletas del tenis de mesa no tiene rival. Tres entrenadores han conseguido llevarle al podio: Luis Saiz, del Club de La Carolina, que pertenece a la Organización Impulsora de Discapacitados; Benito Rodríguez, de su antiguo club, el San José; y Pepe Martínez, de Jerez, donde juega en liga normal. Ellos y dos o tres horas diarias cuatro días a la semana mareando pelotas de un lado a otro.
"Poca cosa más". Los estudios van bien, algo de televisión y el cine de suspense. Y mucho Betis. Cursa 2º de Bachillerato en el instituto Ramón Carande de Sevilla y quiere hacer filología inglesa: "Dar clases no estaría mal, pero eso está difícil".
¿Qué otras asignaturas le gustan? "Filosofía".
Defínase usted mismo. "Eso, que lo hagan otros"
Bueno, pero ¿es serio, fiestero, constante, paciente? "Soy serio y también fiestero".
Esta conversación se está convirtiendo en un campeonato de pimpón. En fin, 18 años de éxitos y de viajes por todo el mundo: París, Estocolmo, Chequia, Eslovaquia. Sólo por eso, merece la pena el entrenamiento. "Sí, pero yo no soy muy turista, a mi no me gusta ponerme a verlo todo cuando viajo". En Sidney se perdió hasta los canguros, porque el día que llevaron uno a la Villa Olímpica él estaba compitiendo; y tampoco pudo ir al zoo. Pero habrá visitado otros zoológicos, ¿no? "Pero es que el único en el que hay canguros y koalas es en el de Sidney". De París conserva buenos recuerdos porque era la primera vez que jugaba un campeonato y lo ganó. Fue en 1998.
Sevillano de pro, Valera disfruta los días de feria y Semana Santa. Y saliendo de farra con sus amigos. Pero como también es serio, no olvida su dedicación al deporte. Gracias a eso ha ganado la medalla del Campeonato del Mundo y el Campeonato de Europa por equipos, antes de que miles de personas se rindieran a sus pies en el State Sport Center, claro. Sólo le queda el Europeo Individual.
El próximo intento será en Frankfurt en julio de 2001. ahí puede completar su palmarés.
Pero ayer, lo que quería completar Valera era la siesta que se interrumpió con esta visita. "El chaval está destrozado", le disculpó su padre. No era para menos. Los antípodas le han dejado el cuerpo boca abajo. 35 horas de vuelo y tres escalas antes de llegar a su casa. "Ha sido horroroso, además, con los retrasos...".
Por fin llegó a Sevilla y los amigos le dieron otra vuelta y media. "Me lo han traído a casa de madrugada", dice su padre.
Y de madrugada cogió la cama. A las siete de la tarde, con los horarios todavía bailándole en la cabeza, se puso sus babuchas, se quitó la chaqueta, se colgó la medalla y se hizo la foto que encabeza esta página. Después miró el reloj, se despidió y se fue otra vez a dormir el éxito.
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