El Celta resuelve, sólo parcialmente, sus problemas

El Celta acabó con la imbatibilidad del Valladolid y resolvió sólo parcialmente los retos que le planteaba el partido. Sumó los tres puntos, como parecía indispensable después de dos derrotas en la Liga y otra en la UEFA, pero en cuestión de salud, el enfermo conserva los síntomas. El juego no es el que era, el balón no circula y las ocasiones escasean. Ayer se valió del genio de Karpin y del acierto del recién llegado Edu para satisfacer al menos sus necesidades más primarias.El desmejorado grupo de Vigo se redujo ayer a Karpin y Giovanella. Así de triste resultó el Valladolid, que frente a un conjunto tan aletargado sólo fue capaz de disparar dos veces en 90 minutos. El equipo de Francisco Ferraro reúne todas las características del clásico cazapuntos: mucha gente detrás del balón y pelotas largas de Eusebio para ver qué pasa. Y así le va en una Liga en la que el empate no es más que un despojo. Encajó goles el Valladolid y siguió sin dar señales de vida, como agarrándose a la expulsión de Marcos a los 39 minutos para justificar su desgracia. Pero tampoco el Celta explotó el filón para darle un escarmiento.

Como no todo iban a ser malas noticias en un partido al fin y al cabo ganado, la presentación de Edu alegró el corazón de la hinchada. Lo más entretenido que sucedió tras el descanso se le ocurrió a él. Incluido el segundo gol, que evitó que el tanto Ciric en el descuento amargara la tarde a Balaídos.