El Madrid vuela de nuevo
La Real sufre otra goleada en Anoeta, pese a los cambios en el banquillo y en la portería - El Valencia sigue líder tras un laborioso triunfo en El Sadar - El Alavés se confirma entre los grandes y gana en Vallecas - El Espanyol derrota al Oviedo y respira
Superado el gran clásico, la Liga retornó más o menos al mismo punto. Antes de que el Barcelona-Real Madrid congelara el fútbol español y pintara su particular realidad -otra vez de azulgrana, como en los últimos años-, lo que trascendía del campeonato era un gran Madrid y un pobre Barça. Y así se contó otra vez la historia en este fin de semana. El conjunto de Serra Ferrer volvió a su versión más pequeña en Son Moix, donde el Mallorca le atascó la organización con la vieja fórmula de tapar al medio centro -la inclusión de Xavi había propulsado la euforia culé, pero se desvaneció en cuanto a un propio se le ocurrió ponerle una vigilancia intensiva- y su portero Dutruel, esta vez aliado con Sergi, terminó de sacarle los colores a su propio equipo con otro puñado de errores garrafales.Y el Madrid fue también ayer el de antes del Camp Nou, el que daba toda la pinta de equipazo. O mejor dicho, de equipo sobrado de munición. De conjunto que no necesita de la táctica y el orden como principal argumento, tampoco del físico -de hecho, Geremi, el fortachón, es el que desafina en la banda-. Le basta con tirar de la calidad individual que guarda bajo su bota la mayoría de sus futbolistas. Figo, sobre todo, pero también Savio, o Guti, que sigue disfrazado de delantero con olfato sin abandonar su mirada de media punta, y Helguera, al que cada vez cuesta más aceptar en el banquillo. Un rato de diversión y compromiso le alcanzó al Madrid para quitarse de en medio a la Real, que sigue sumido en una depresión profunda. Es pronto para que un cambio de dirección entregue resultados -hace tiempo que lo de a entrenador nuevo, victoria segura dejó de tener vigencia en el fútbol español-, pero la evidencia le anuncia mucho trabajo a Perico Alonso. Hoy por hoy, la Real es una calamidad. Incluso sin su portero sueco Asper, que ayer vio la tunda desde el banquillo.
Quien salió reforzado de la jornada fue el Valencia, que salvó un compromiso complicado en Pamplona. Cañizares regaló un gol tempranero -el fallo en la colocación de la barrera es suyo por muchas culpas que intentara endosar con gestos varios a sus compañeros-, pero también remedió otros cuantos. El caso es que con un fútbol contradictorio, pero eficaz, el Valencia supo labrarse la remontada y conservar el liderato. Le aprietan el Deportivo, el Alavés -que acabó con el sueño del Rayo ganándole en Vallecas- y el Madrid, pero el primer puesto, al menos hasta el miércoles, es suyo.
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