La pirotecnia de Xarxa puso fin al 15º Festival Iberoamericano de Teatro

Como es habitual, el Festival Iberoamericano de Teatro (FIT) de Cádiz se despidió ayer del público con un montaje callejero protagonizado por los juegos pirotécnicos. La compañía alicantina Xarxa Teatre, bajo la dirección de Leandre Escamilla y Manuel Villanova, pusio en escena en el patio del IES Fernando Quiñones el montaje Dèus o Bèsties, que acompañó con música en vivo e imágenes espectaculares. El programa de clausura se completó con los títeres de El Espejo Negro y su obra La cabra, el grupo brasileño Dos Atores y las Maravillas de Cervantes a cargo de la Compañía Nacional de Teatro Clásico.Atrás quedan nueve jornadas de representaciones para todos los gustos que han reunido en la capital gaditana a medio millar de personas vinculadas con este arte. Para un veterano espectador del FIT, el periodista uruguayo Alejandro Gourevitch, el balance del festival "es muy positivo, tanto por el aumento de calidad respecto a las últimas ediciones como por la actitud que ha podido verse en los teatreros de ambas orillas, esa tendencia a sacar a la luz la memoria histórica, manifestarse contra la violencia y reivindicar el papel de las mujeres en la sociedad actual".

Una apreciación a la que se suma el director del FIT, José Bablé, quien afirma que esta edición "ha cubierto las expectativas del público objetivo y de la organización". Sobre la gran ausente de esta cita, la escena caribeña, Bablé explica: "Del mismo modo que en años anteriores ha venido más teatro del Caribe que de otras zonas de Iberoamérica, no ha estado de más que en esta ocasión descansemos". Respecto al año próximo, el responsable del FIT adelantó que será dedicado a "Centroamérica, la gran olvidada que, como se dice del Sur, también existe".

Asimismo, y coincidiendo con la entrada en el nuevo siglo, se pretende realizar un "alegato por la paz mundial, uniendo a la gente de la escena". "Si el teatro quiere ser una herramienta de conmoción, tenemos que poner nuestro granito de arena contra el terror, el sectarismo y el genocidio. Aún queda mucho por hacer", apostilló Bablé.

En el plano estrictamente teatral, la 16ª edición del FIT deberá afrontar otros desafíos: recuperar la confianza del público del Gran Teatro Falla, cuyos niveles de asistencia han descendido este año sensiblemente; la búsqueda de espectáculos de gran formato, cada vez más escaso en la industria teatral atlántica, a la altura de la calidad exigible, y, como siempre, confiar en la benevolencia de los elementos para no malograr los imprescindibles montajes al aire libre.