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Los ciudadanos no creen que el cambio amenace la prosperidad

Al Gore no ha conseguido que sus compatriotas le identifiquen con la prosperidad económica, ni tampoco les ha metido miedo en el cuerpo al afirmar que George Bush puede ponerla en peligro, según una macroencuesta de The Washington Post y la Universidad de Harvard difundida ayer. Este factor y su poco encanto personal explican que, a 11 días de las elecciones, el candidato demócrata no despegue.En 1992, Clinton le ganó al padre de Bush utilizando el célebre argumento de su asesor James Carville: "Es la economía, estúpido". Ahora Gore intenta repetir la fórmula y subraya que sus principales diferencias con el gobernador de Tejas son en materia de impuestos, uso del superávit presupuestario y reforma del sistema de pensiones de jubilación. Bush, dice, puede dañar el crecimiento y las pensiones.

Pero no funciona. En 1992, la economía fue el eje de la batalla por la Casa Blanca, porque EE UU atravesaba una corta recesión, pero la gente se ha acostumbrado al crecimiento y no cree que el futuro titular de la Casa Blanca, sea cual sea, puede amenazarlo. Para la gran mayoría, el 71% de los encuestados, el principal mérito corresponde al presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan.

Gore pincha en hueso

Los ataques directos a Bush hacen poca mella. El 31% cree que el recorte general de impuestos, que propone el candidato republicano, beneficiará el crecimiento económico frente al 28% que teme que lo dañe. Un 38% estima que no tendrá efectos ni positivos ni negativos. En ese terreno Gore pincha en hueso.Todavía peor para el demócrata es el resultado provisional del debate sobre las pensiones de jubilación. Bush obtiene una amplia mayoría, 56% frente a 40%, para su propuesta de que los trabajadores puedan destinar una parte de sus cotizaciones a la Seguridad Social a abrir cuentas de jubilación con bonos y acciones. La gente no cree que esa privatización parcial vaya a dañar al sistema, sino al contrario, cree que va a hacerlo más seguro y rentable.

El 68% de los norteamericanos dicen estar ahora mejor que hace ocho años, pero sólo el 46% piensa que Gore haría un mejor trabajo en el área económica frente al 44% cosechado por Bush. Esta corta diferencia se torna a favor del republicano en una serie de temas concretos. Bush le gana a Gore cuando a la gente se le pregunta cuál bajará los impuestos (52%, frente a 37%), mantendrá la buena salud de los mercados de valores (42%, frente a 35%) y evitará que se trasladen puestos de trabajo desde EE UU a países extranjeros (42%, frente a 37%).

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