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FÚTBOL La resaca de la jornada

EL PERSONAJE - MÍCHEL

Maradona tuvo la culpa. El rayista dice que aprendió a lanzar faltas viendo al argentino

Su buen gusto futbolístico viene de antiguo. Dice que de niño se quedaba alelado viendo por televisión cómo Maradona lanzaba las faltas. Y como era zurdo, como él, pues le dio por intentar imitarle. El domingo lo hizo a la perfección. Asper, el zarandeado portero de la Real, puede dar fe de ello, tras ver cómo Míchel (24 años) le marcaba tres goles, dos de ellos de falta directa, que le convirtieron en el primer jugador de esta Liga que consigue tres tantos en un solo partido.Esta temporada, Míchel consiguió deshacerse del molesto, para él, número romano que acompañaba hasta ahora a su nombre. Míchel I se llamó cuando coincidió en el Rayo con otro jugador del mismo nombre. Pensó renunciar, ceder, llamarse Miguel Sánchez, su nombre verdadero. Alguien le convenció de que no lo hiciera. "El uno eres tú", le dijeron. "Lo de Míchel me viene de pequeño", contaba ayer, en el día de la feliz resaca. "Y seguro que me llegó por el otro Míchel, el famoso, el del Madrid". Mal asunto éste cuando Míchel, el del Rayo, reconoce sin pudor su simpatía por el Atlético: "También el otro Míchel era al principio del Atlético".

El héroe de la jornada se pasó varios años en el anonimato. Camacho le subió a la primera plantilla del Rayo y Fernando Zambrano le hizo debutar. Tenía 18 años y comprobó cómo se las gastaba el Barça de Cruyff, que ganó 2-4. Poco después acudió al Mundial sub 20 de Qatar, donde se vio rodeado de unos jóvenes que respondían a los nombres de Raúl, Etxeberría, Morientes, De la Peña, Salgado, Roger... "Quedamos terceros", recuerda Míchel. "Luego, todos ellos empezaron a subir, mientras yo me estancaba. Pasé tres años horrorosos".

La pasada temporada cogió peso en el equipo y en ésta ha vivido, por fin, su explosión en un equipo donde todos los honores, a nivel individual, se los suele llevar Luis Cembranos. "Y es lógico, porque hizo una temporada impresionante. ¿Celos? Ninguno". Y menos ahora, cuando el público de Vallecas le regaló el domingo los oídos con aquello de "Míchel, selección". Camacho le conoce de sobra, "como a todos los futbolistas españoles", matiza. Lo que menos le ha gustado es la escabechina que, según él, se ha hecho del sueco Asper: "Realmente sólo falló en uno de los goles, pero no en los dos que le marqué de falta". Ahí, Míchel se limitó a acordarse de Maradona... "y de Rivaldo, otro que la pone donde quiere". Y donde quería la puso Míchel.

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