Pablo Iglesias

He hojeado con avidez el ejemplar de "mi" periódico de esta mañana, al igual que lo hice con el de ayer, pues sus biógrafos nunca han estado de acuerdo sobre sí nació el 17 o el 18 de octubre de 1850. Pensé que, un día u otro, EL PAÍS recogería en alguna columna o artículo, si no en reportaje especial, la conmemoración del sesquicentenario del nacimiento de Pablo Iglesias. Pero me equivoqué.Yo he creído que tan redondo aniversario sería no solamente celebrado por el partido y sindicato por él fundados, sino incluso por los medios progresistas que, recordando su trayectoria humana y política, harían semblanza de tan preclara figura histórica. Pero me equivoqué, repito.

Por ello no me resisto a dirigirme, entristecido, a esta sección de "mi" periódico con la pretensión de ver al menos estas líneas publicadas, y en homenaje a su memoria y como saludo a los muchos pablistas que sin duda esperaban lo mismo que yo, recordar al "abuelo" con los versos que le dedicó Gabriel Celaya:

"A mí que me den hombres / -los trepadores, ¡fuera!-. / A mí que me den hombres / como Pablo Iglesias. / La verdad por delante. / La retórica, ¡fuera! / A mí que me den hombres / como Pablo Iglesias. / Marxistas hasta el fondo / y las astucias, ¡fuera! / A mí que me den hombres / como Pablo Iglesias. / Vamos a ser

quien somos. Los cambalaches, ¡fuera! / A mí que me den hombres / como Pablo Iglesias".- .